El Pdecat cocina la venganza contra Caixabank y el Sabadell
El Pdecat planea apoyar el impuesto a la banca de Pedro Sánchez por el malestar con Caixabank y Sabadell por trasladar su sede
El cambio de sede de Caixabank a Valencia y de Banc Sabadell a Alicante generó un profundo malestar en el gobierno catalán. Esa indignación se mantiene nueve meses después y podría traducirse en una venganza con forma de impuesto.
Si fructifican las negociaciones, la propuesta del Gobierno de un impuesto para la banca con el que se financien las pensiones recibirá el apoyo del Pdecat, uno de los partidos que apoyó la investidura de Pedro Sánchez y que a priori ideológicamente es partidario de rebajar la presión fiscal, no de implantar nuevos impuestos.
El gobierno de Carles Puigdemont ya aprobó en 2016 un impuesto sobre los depósitos bancarios, que nunca llegó a aplicarse porque fue anulado por el Tribunal Constitucional. En el decreto ley se contemplaban sanciones «por deslocalización de depósitos» de las entidades financieras. Un año después, los dos principales bancos de Cataluña trasladaron su sede por la inestabilidad política causada por el referéndum ilegal y la posterior declaración unilateral de independencia.
El partido de Marta Pascal se muestra ahora partidario de negociar con Sánchez el hachazo fiscal a las entidades financieras en función del avance del diálogo con el Ejecutivo sobre la cuestión catalana. Según informa este jueves El Mundo, el portavoz del Pdecat en el Congreso, Carles Campuzano, tiene una postura favorable a apoyar el impuesto a la banca según cómo queden «la política fiscal en su conjunto» y «las relaciones políticas con el Gobierno».
Eso sí, el nuevo impuesto deberá estar consensuado con los nacionalistas catalanes para contar con su visto bueno, tal y como alertó el diputado del Pdecat Ferran Bel, a la ministra de Hacienda, María Jesús Montero. «Si no lo consensúan con nosotros, olvídense de nosotros», le advirtió.
El PNV se suma al Pdecat en el castigo a la banca
El PNV también se muestra partidario del nuevo impuesto a la banca que prevé implantar Sánchez, con el que espera recaudar cerca de 1.000 millones de euros, según calculaba el PSOE en la oposición. Sin embargo, la portavoz económica del PNV en el Congreso, Idoia Sagastizábal, pide esperar a la concreción del nuevo gravamen y a conocer si será finalista para pagar las pensiones, según El Mundo.
Los nacionalistas vascos, cuyo voto fue clave para que el PSOE desalojara de La Moncloa a Mariano Rajoy, también son partidarios de un impuesto sobre las transacciones financieras, que en estos momentos no forma parte del programa del Ejecutivo.
La banca rechaza la imposición del nuevo impuesto. Este martes, las patronales AEB y CECA advirtieron de que una tasa para financiar las pensiones contra ellas tendría «efectos recaudatorios inferiores a los pretendidos» y que afectaría «de forma muy negativa» a su solvencia. Además, alertaron de que el establecimiento de un impuesto sectorial supondría un sobrecoste adicional que haría aún más difícil acceder al mercado de capitales».