El Parlament se paraliza porque Quim Torra va de público al Supremo
Torra acude a la sesión que cierra el juicio del 'procés' y obliga al Parlament de Cataluña a posponer 24 horas su calendario de trabajo
Este miércoles, como cada dos semanas, tocaba sesión de control al presidente de la Generalitat, Quim Torra. Pero la mayoría independentista en la Mesa del Parlament volvió a supeditar la semana pasada el calendario de la cámara catalana al del juicio del procés y pospuso 24 horas el inicio del pleno de esta semana, que normalmente se celebra en miércoles y jueves, y esta vez lo hará en jueves y viernes.
Así, no habrá cortocircuito con la decisión de Torra de desplazarse a Madrid para asistir a la jornada con la que se cierra la vista oral, y que, acabados los alegatos de las defensas, culminará con un último turno de palabra para los doce acusados. Junto a Torra, también asistirá a la sesión su vicepresidente y hombre fuerte de ERC en el gobierno de la Generalitat, Pere Aragonès, y el presidente del Parlament, Roger Torrent, también de ERC, además de otros líderes soberanistas.
No es la primera vez que las instituciones catalanes se detienen para ceder el protagonismo a los políticos independentistas desplazados a Madrid para seguir el juicio. Ya sucedió cuando arrancó la vista oral, a mediados de febrero.
Entonces, la cámara avanzó al lunes día 11 la reunión de la Mesa y la Junta de Portavoces, que normalmente se celebran los martes, para evitar que coincidieran con el arranque del juicio, y se aplazaron también una comisión sectoral y la reunión de un grupo de trabajo sobre el Sáhara inicialmente también programados aquel día 12.
La semana siguiente tocaba pleno, pero fue pospuesto hasta los días 26 y 27 para que no coincidiera con la jornada de huelga general convocada contra la celebración del juicio por el sindicato independentista CSC-Intersindical el día 21, y que tuvo un seguimiento muy menor.
El juicio, visto para sentencia
Cuatro meses después de aquel arranque del juicio que los partidos y entidades independentistas y el gobierno de Torra trataron de colocar en el eje de su estrategia, incluida de las campañas electorales del 28-A y el 26-M, la causa quedará este jueves vista para sentencia después de que la expectación que generó inicialmente decayera tras las primeras semanas. Pero la Generalitat, instalada en una parálisis a la que no se le atisba salida, sigue tratando de sacar el máximo partido a la denuncia de lo que el soberanismo considera «un juicio farsa».
En esa dinámica, la última sesión de la vista oral es también la última oportunidad de escenificar esa protesta hasta que el Tribunal Supremo dicte su sentencia, que está prevista para el próximo otoño, y tras la cual Torra ya ha insistido en que habrá que plantear una «respuesta unitaria» en la que se supone que ya ha empezado a trabajar activando una ronda de contactos con entidades y partidos soberanistas.
Torra se reunió a esos efectos la semana pasada con la Assamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural, y este martes lo hizo con el presidente del grupo de ERC en el Parlament, Sergi Sabrià. Pero tras ninguno de esos encuentros trascendió ninguna concreción al respecto. Sabrià, a la salida de su cita con el president, apeló a la necesaria «discreción», dijo, en que tienen que transcurrir las conversaciones para no revelar la propuesta de ERC en ese sentido, ni siquiera si ya se la transmitió a Torra.