El número dos de Convergència señala la puerta a Pujol
Rull reconoce el daño que ha hecho al partido la confesión del ex presidente
Artur Mas intentó extender un cordón de seguridad tras la confesión de Jordi Pujol. El delfín del ex presidente de la Generalitat intentaba proteger tanto el Govern como al partido de ambos, Convergència Democràtica de Catalunya (CDC), del anuncio de que el líder emérito escondió durante años parte de su patriminio en paraísos fiscales. Pero los esfuerzos han sido en vano. El partido ha reconocido que Pujol le ha dañado y deja la puerta abierta a que abandone la formación.
Ha sido el número dos de CDC, Josep Rull, quien se ha encargado de dar el toque de atención a Pujol. El nuevo coordinador general ha escogido RAC 1, una radio amiga –forma parte del grupo Godó, cercano a los planteamientos del partido–, para indicar que CDC ha recibido un impacto “muy contundente” y afirmar que está seguro de que el ex presidente tomará “las decisiones que corresponden” para fortalecer el proyecto político que creó.
Nueva etapa en el partido
Señala que el sentimiento mayoritario en la formación es de “consternación, tristeza y de no entender muchas cosas”. Hecho que también se ha trasladado al resto de la sociedad catalana, según su relato.
El número dos de CDC afirma que el partido abre ahora una nueva etapa tras los cambios en la ejecutiva y que se deben “fortalecer” con los “valores” que la sociedad catalana pide. Y aquí no tiene cabida la confesión de esconder del fisco una presunta herencia.
Los casos de supuesta corrupción que afectan a la familia Pujol son los causantes, precisamente, de que Rull se haya convertido esta semana en la mano derecha de Mas en CDC. El hijo del ex presidente de la Generalitat, Oriol Pujol Ferrusola, renunció al cargo de secretario general por su implicación en el caso ITV.