El nuevo PP: Ayuso de ariete ideológico y Feijóo con la economía
De momento, cada uno encarna un rol distinto, un área donde desplegar la estrategia "ganadora" que tanto reclaman.
Con la entronización de Isabel Díaz Ayuso como presidenta del PP de Madrid, impensable hace menos de cien días, y el cierre orgánico final de la guerra civil que asoló a los populares, la formación ahora liderada por Alberto Núñez Feijóo arranca un nuevo capítulo en el que aún está todo por estrenar.
De momento, cada uno encarna un rol distinto, un área donde desplegar la estrategia «ganadora» que tanto reclaman y propugnan. Una dupla condenada a entenderse y que ha optado por encuadrar su discurso en quienes verdaderamente son: un gestor y una ideóloga.
Él, como estandarte de lo institucional, de lo serio, de la economía. Ella, ariete político, de la lucha parlamentaria. Con este tándem pretenden acompasar el tirón autonómico de ambos en un avance que aúpe al partido, con Feijóo en el ticket, a la Moncloa.
Eso sí, con la jerarquía bien clara. Ella goza desde ahora de toda la libertad en su región, sí, y el propio Feijóo lo quiso escenificar en su intervención en el congreso madrileño. El popular se ha plegado a la que ha llamado «su presidenta» y le ha bendecido, además de ponerle alfombra roja, para asumir el poder total de la organización madrileña, la baronía más importante en su partido.
La jerarquía, clara
Feijóo dedicó gran parte de su discurso a hacerle oposición a Sánchez, pero lo económico, las cifras, la recuperación de la crisis generada por la pandemia y la guerra de Rusia y Ucrania también han gozado de un rol importante, en mitad de las alabanzas.
Pero el presidente del partido es quien es y Ayuso no lo olvida. Lo sabe y, según aseguran fuentes de su entorno, lo apoya y lo respeta. Ella ha optado por continuar con su línea «de siempre», de utilizar su foco como escaparate de las ideas del PP, del rearme ideológico que tanto reclaman los votantes del espectro del centro derecha.
Fuentes de su entorno precisan que Ayuso «no puede ser distinta. Ha hablado en clave nacional, como siempre. No ha dicho nada que no haya dicho alguna otra vez, ni siquiera el tono es distinto». Lo cierto es que la presidenta ve «lógico» que haya esa diferencia de perfiles entre ambos, puesto que «no hay dos personas ni políticos iguales».
Los conceptos de Ayuso
Ayuso habla de conceptos «claros», y de su boca se pelean luchas como la cooficialidad de las lenguas en otras autonomías, la defensa a ultranza del español, los problemas de la natalidad, la demonización del socialismo o la perspectiva de género. Y triunfa.
En su discurso de clausura, como broche del que ha definido como «el momento más especial» de su vida personal y política, eligió hablar de Sánchez -«dirige el gobierno más autoritario y menos leal a los españoles»-, de Cuba -«es una dictadura»-, de fiscalidad y de valores como «el esfuerzo, el trabajo y el empleo», de feminismo e igualdad.
«Madrid es universal y va desde sus 179 municipios a todos los rincones. Hoy todo el mundo habla de España y algunos muy mal. ¿Y pretenden que yo no hable de ella, la presidenta de la región capital?«, se preguntó en su despedida.
«Sólo desea que Feijóo llegue a la Moncloa»
Pero desde Sol se afanan en aclarar que «no hay nada en la vida» que Ayuso desee más que que Feijóo gobierne España, porque «Madrid se verá beneficiada». «Ni choque ni nada. No pueden hablar igual, son de etapas, de generaciones distintas».
Ella misma lo ha proclamado en su discurso final del sábado: «Los dos somos compañeros. Bueno, ahora hay una jerarquía, pero hemos compartido juntos serlo durante los momentos más difíciles de la pandemia. Y hemos peleado como titanes para sacar esto adelante».
«No te vamos a fallar desde Madrid y no sé, que me diga Dios qué hay que hacer en esta vida, para darlo todo para que pronto llegues al Gobierno de España«.