El negocio millonario de unos adolescentes enganchados a Youtube
Tras la afición de un puñado de jóvenes a subir vídeos a esta plataforma existe una industria que cada vez más atrae a marcas de primera línea
Las nuevas estrellas del rock no cantan. Pero, si lo hicieran, sería para grabarlo en su casa y subirlo al canal de televisión con más audiencia que hoy existe en el mundo: Youtube. Por lo general, el público de estos creadores de contenidos (conocidos como youtubers) es joven, fiel y apasionado. Y supone un goloso pastel para las grandes marcas que buscan llegar al enorme target que es la población menor de 30 años (también bautizada como Millenials).
Una vuelta rápida por Youtube da una idea del alcance de estas figuras. Entre los canales con más seguidores aparecen, además de cantantes famosos y otras grandes marcas, algunos nombres que suenan a correo electrónico de adolescente. ElrubiusOMG, un joven español de origen noruego, tiene 15 millones de suscriptores y la mayor comunidad de fans en España en este mercado. En sus vídeos, hace bromas, comenta videojuegos y responde a las preguntas que estos le mandan.
PewDiePie, HolaSoyGerman, Vegetta o JennaMarbles son otros nombres de referencia, nacionales e internacionales, de una industria protagonizada y dirigida a los millones de nativos digitales que crecieron en la década de los 2000.
Contratos con grandes compañías
Stephan Schilling, portavoz de Divimove, explica desde Alemania que, aunque han tardado, las multinacionales ya se han dado cuenta del valor comercial que existe detrás del fenómeno youtuber. Esta empresa, creada en Agosto de 2012, cuenta con 1.600 jóvenes creadores repartidos entre España, Italia, Alemania, Holanda, Francia y Polonia. «Una red de talento que a día de hoy alcanza una audiencia mensual de 1.500 millones de espectadores», cuenta Schilling.
Puma, Turkish Airlines o Vodafone son algunas de las compañías que en los últimos meses han apostado por campañas de marketing protagonizadas por estos ídolos juveniles creados a partir de un ordenador y una webcam.
Divimove cerró este verano un acuerdo con Nestlé para que Rubén Doblas (el joven tras el seudónimo Elrubius) intentase junto a sus amigos cocinar un KitKat gigante en la cocina de su casa. Así de sencillo. El resultado: un vídeo de 12 minutos que ya han visto casi 10 millones de personas.
Vivir de Youtube
Desde esta compañía alemana pero con gran presencia en España (entre sus youtubers, también figura la popular YellowMellow, que comenzó editando sus vídeos con los programas que le enseñaban en la universidad y pronto lanzará el primer disco de su carrera musical) no acceden a dar cifras sobre el volumen de negocio que cada una de sus estrellas genera. Aunque aseguran que en torno al 10% de los creadores con los que trabajan viven de ello.
Tampoco es fácil conocer el dinero que las marcas están dispuestas a pagar por asociar su nombre a un youtuber de gama alta. Pero advierten que, «cada vez más, los anunciantes están trasladando el grueso de su presupuesto desde la televisión al ocio digital», en el que medios sociales como Youtube llevan la delantera.
Cincelar una carrera
¿Pero cómo se consigue triunfar en una industria de este tipo? No existe respuesta como tal a esta pregunta, aunque firmas como Divimove muestran el nivel de profesionalización que la industria youtuber ha alcanzado.
Jesús se trasladó desde su Zaragoza natal a Madrid hace un par de años para impulsar su carrera bajo el nombre de Tiparraco. En 2005 subió su primer vídeo a la red y en 2012 creó la marca que le ha permitido conseguir diversos contratos o poner voz a uno de los personajes de la serie de animación South Park.
Algo que comenzó como una pura afición («no lo dejaría de hacer nunca»), se ha convertido por ahora en una profesión a tiempo completo; «desde que me despierto, hasta que me acuesto», asegura.
A pesar de que comenzó de manera totalmente autodidacta, desde 2013 una empresa le guía sobre el estilo o las herramientas que puede utilizar en sus vídeos e intermedia por él para conseguir bolos publicitarios y eventos en el mundo offline.