El miedo a los efectos de la vacuna Covid resurge en España por la crisis de Astrazeneca y Janssen
Entre febrero y abril ha aumentado el temor a los efectos secundarios de las vacunas Covid como motivo para no vacunarse, según las encuestas mensuales del CIS
El 25,3% de los españoles que no están dispuestos a vacunarse contra la Covid-19 cuando llegue su turno no quiere hacerlo por miedo a los efectos secundarios y a que tengan riesgos para la salud, según el barómetro de abril del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Este grupo representa al 1,8% de la muestra de casi 4.000 personas entrevistadas en toda España.
Se trata del mayor rechazo a la vacuna por este motivo en tres meses. El pasado febrero, solo el 20,1% de los que no estaban dispuestos a vacunarse esgrimían esta razón, y en febrero eran el 18,5%. Solo ha habido un dato mayor durante la campaña de vacunación: enero, cuando el 26,3% de los que rechazaban la vacunación lo hacían por miedo a los efectos secundarios.
Durante estos últimos meses las farmacéuticas Astrazeneca y Janssen (de Johnson & Johnson) han estado sumidas en una crisis por los supuestos efectos secundarios de sus vacunas Covid, en el tanto se han detectado varios casos de trombosis entre personas que habían recibido pinchazos con estos fármacos. Por ello, en algunos países se ha limitado su uso.
Según el barómetro de abril del CIS, la principal razón por la que se rechaza la vacuna es la desconfianza en las mismas, pues el 34,6% alude a este motivo cuando se le pregunta. La segunda razón es el mencionado miedo a los efectos secundarios, y la tercera es la incredulidad que mantienen algunos encuestados en cuanto a su eficacia (el 5,2%).
Entre quienes aún no han sido vacunados, el 82,8% está dispuesto a hacerlo cuando llegue su turno, frente al 6,2% que apunta a lo contrario. Un 1,9% se vacunaría «si tiene garantías, si está probada, si es fiable», un 2,8% «según el origen de la vacuna», y un 0,3% «si hay información suficiente». Un 15% de la muestra aseguró que ya le han vacunado.
La anuencia a vacunarse ha sido similar entre febrero y abril, después de que en enero, ya con la campaña en marcha, solo un 72,5% se mostrase dispuesto a recibir el pinchazo. Lo que más ha cambiado en estos meses ha sido el número de vacunados para los que ya no caben dudas y el miedo a los efectos secundarios como motivo para rechazar la vacuna.
Lentitud en la vacunación
El ritmo de la vacunación está lejos de ser uno de los principales problemas de España, según el CIS. Se ubica este mes de abril en la posición número 14 de una lista que en cambio lideran la crisis económica (el 48% lo ve como un problema, ya sea principal o secundario), la pandemia del coronavirus (el 45,1%) y el paro (el 37,7%).
No obstante, la lentitud en la vacunación ha crecido como problema destacado por los españoles en los últimos meses. En enero, solo el 1% de los entrevistados por el CIS veía la gestión de la vacunación, la lentitud o el retraso como un problema importante para el país; en febrero, esta cifra subió al 1,8%; en marzo, pasó al 2,9%; y este abril ha incrementado al 3,2%.
Paradójicamente, y en el tanto la llegada de dosis contra la Covid-19 se ha acelerado conforme ha avanzado la campaña de vacunación, el ritmo ha mejorado sustancialmente en estos meses. Según el Ministerio de Sanidad, al 16 de abril el 19% de la población ya tenía al menos una dosis de Moderna, Pfizer o Astrazeneca, y un 7% ya tenía la pauta completa.
España ha administrado 12.330.755 dosis de alguna de estas vacunas, el 90% de las que ha recibido. Se trata de más de dos millones más que una semana antes, el 9 de abril, lo que significa que en principio esa es la cantidad de pinchazos que se han hecho en la última semana. Es decir, en torno al 16% de las dosis que se han puesto desde diciembre fueron la semana pasada.
Siempre según los datos de Sanidad, el 98% de los mayores de 80 años ha recibido ya la primera dosis, y un 58,3% las dos dosis. Asimismo, el 91,3% de los ancianos en residencias ha recibido la pauta completa de vacunación, y el 98,6% ha recibido la primera dosis. El de los adultos mayores era el primer grupo prioritario de la campaña de vacunación.