El método de Juan Roig para Mercadona que el PP quiere aplicar al Gobierno
"Reducir ministerios no supone mucho, reducir asesores no supone mucho… pero muchos pocos al final es suficiente", cree el vicesecretario de Economía popular, Juan Bravo, que hizo un programa en la empresas de supermercados
El Partido Popular, ante una economía vacilante, con una inflación disparada, quiere aplicar medidas de reducción de gasto en la Administración: el ahorro en los costes del Gobierno es «esencial», a sus ojos, y el método que tienen en mente no es otro que el que ya empleó Juan Roig en Mercadona con la crisis económica de 2008, para que no baje «la calidad» de los servicios del Estado del Bienestar ni «repercutir el problema» en los trabajadores: esto es, bajar el sueldo a pensionistas y funcionarios
«Planteamos la necesidad de reducción del gasto político y burocrático, el gasto que no aporta«, explica el vicesecretario de Economía del PP y gurú económico de Alberto Núñez Feijóo, Juan Bravo, en conversación con Economía Digital «Es cuestión de tener mucho respeto por el dinero público. Reducir ministerios no supone mucho, reducir asesores no supone mucho… pero muchos pocos al final es suficiente, a parte de que es un mensaje claro», insiste el dirigente y hasta hace un mes consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía.
La línea está clara, para los populares: «Es el concepto Mercadona para España», sumariza Bravo. El análisis que hizo Juan Roig, según aprendió el propio vicesecretario de Economía en el Programa Empresas Parlamentarios (PEP) del Círculo de Empresarios en 2018, cuando Bravo era diputado raso en el Congreso, era cuestión de «conocer tu negocio, saber a dónde va tu dinero y tener ingenio».
Cómo bajar los costes superfluos
Así, incluía la necesidad de bajar los gastos de la empresa en una situación económica comprometida protegiendo a los trabajadores (en esta analogía de Bravo serían los funcionarios públicos, a los que no se quiere bajar el sueldo), sin cobrar a los clientes (sin subirle los impuestos a los ciudadanos), sin bajar la calidad del producto (no prestar una peor educación o sanidad), ni empeorar las condiciones de los proveedores (bajar el precio de las contrataciones externas del Estado en servicios como la atención social a personas mayores o las empresas de transportes municipales).
«Ante esto, solamente cabe una medida: ser más eficientes en el gasto», afirma el popular. «Tenían que replantearse su manera de trabajar y a sus directivos Roig les dio una tarjeta simbólica con un céntimo y les dijo ‘Tenemos 8.000 productos en el lineal y tenemos que abaratar un céntimo cada producto'», narra Bravo. Por ello, se pregunta el dirigente del PP: «De todo eso, ¿cuánto puede haber en la administración? Mercadona esperaba ahorrar 100 millones y ahorró 5 veces más: 500 millones. Y no repercutió en una peor calidad».
Las cifras a las que se refiere son públicas. En la rueda de prensa de resultados de Mercadona de marzo de 2011, la empresa sostenía que lograron ahorrar el año anterior «2.200 millones de euros para los clientes de Mercadona y, consecuentemente, para la economía del país». Juan Bravo se muestra tajante: «Queremos abaratar el coste de la Administración, pero también para el ciudadano, porque bajar la inflación también baja el precio de la cesta de la compra».
Cómo lo hizo en la Junta de Andalucía
«El dinero público no es público, es el dinero que nos han prestado los españoles para que lo gestionemos. Es el error del concepto», asegura Bravo, que ya aplicó el método Mercadona durante su mandato en la Junta de Andalucía. Repartió entre su personal sus propias tarjetas con un céntimo, al estilo Roig, que él mismo «plastificó». «Ordenamos que se apagara por la noche la luz de los edificios de la Consejería de Hacienda, por ejemplo. «Cualquier gasto puede ser medible; si no aporta, se elimina».
Como señala Juan Bravo, el ahorro en luz de un único edificio «no cambia nada. «Pero tenemos 4.500 edificios de la Junta de Andalucía. Un edificio son 80.000 euros de ahorro, pero si multiplicas, la cosa cambia«. También instauró usar papel de impresora sin satinar, utilizar papel de reciclaje, o que no hubiera botellas de agua de plástico sino jarras. «Pequeños gestos».
Para el PP la cuestión subyacente que hay que abordar es «la modernización de la Administración.» «Esa es la filosofía que el presidente Feijóo plantea. No hablamos de quitar servicios». Para ello, los populares entienden que quien tiene que «dar ejemplo» es el «jefe», o, en este caso, el presidente del Gobierno. «A nivel de presupuestos, no significan mucho los 750 millones de euros que cuesta mantener 22 ministerios, o la ampliación de la Oficina del Presidente, que son 42 millones más».
«Pero si tú aplicas primero la austeridad en ese sentido, en gestión de ahorro, si el primero que lo marca es el presidente, se corta para los demás. Si el presidente fuera en vuelo regular, marcaría tendencia. Porque el jefe, el CEO de España, ha dicho que esto no puede ser. Si el ciudadano no puede coger el coche, cómo vamos a renovar la flota de vehículos en Congreso y Senado», alega Juan Bravo.
Sobre todo, hay una línea roja que el PP tiene claro que no hay que traspasar y en la que no hay que caer: el recortar por recortar. «La solución no es quitar por quitar, es la filosofía de saber cómo gastamos», aduce el cerebro económico del PP. «Ser barato no es ser cutre. Si hay que gastar, se gasta. Se reduce en lo superfluo».
«Esto [la Administración, el dinero público] es de todos», recuerda Bravo. «Que luego yo en mi casa puedo ser de otra manera, con mi dinero puedo hacer lo que quiera. Pero es mi dinero, no de los españoles. Tenemos que responder con el dinero de los demás».
Los pequeños gestos de Mercadona
Los pequeños cambios de Mercadona tuvieron una repercusión brutal. La estrategia se llamó Volver a la sencillez. Incluía gestos que a priori, por sí solos, aportaban poco, pero, en conjunto, consiguieron unas cifras millonarias. Los ejemplos eran variados: uno, el cambio de las bandejas de plástico para ensaladas o carne a bandejas de tipo PET, que reducían su grosor y utilizaban otro material. Supuso un ahorro anual de 4 millones de euros, en cifras de la propia empresa de febrero del año 2010, que ha podido consultar Economía Digital.
Las mejoras en el apilado de caldos y sopas generaron 3,4 millones de ahorro anual; la simple eliminación del satinado de los envases de leche, 2,6 millones, y el cambio de serigrafía en las latas de conserva y su sustitución por etiquetas de papel repercutieron un ahorro de 1,5 millones de euros.
Otras decisiones que tomó Roig fue la reintroducción de la venta a granel en fruta y verdura en pos de eliminar las bandejas de plástico. Cada bandeja costaba 10 céntimos y la manipulación y el pesaje industrial de la bandeja repercutían en 35 céntimos por unidad. Con la vuelta al sistema tradicional se ahorraron más de 175 millones. Esto, además, permitió dejar de utilizar 1.900 toneladas de plástico al año.
Otros ejemplos de ahorro sostenible -y económico- fueron la eliminación de 160 toneladas de plástico al reducir un 16% el espesor del envase en las botellas de gel, 440 toneladas menos de cartón al reducir 1’3 gramos el envase de leche, reducir el consumo de 31 toneladas de plástico al adecuar el tamaño del envase al producto que contenía, o 26 toneladas menos de plástico al año al eliminar las bolsitas que recubrían las bolsas de té.
La estrategia también tenía otra pata: transportar más con menos coste. Mercadona mejoró el apilado de huevos y acercó las granjas a los centros logísticos (ahorro anual de 5’3 millones) o redujo el packaging del arroz y el café (1’85 millones y 400.000 euros de ahorro anual, respectivamente). El acercamiento de las fábricas a los centros logísticos supuso un ahorro anual en transporte de 10 millones de euros. La reducción de la superficie impresa con el logo de Mercadona en las bolsas, 600.000 euros.