El Liceu entona un ‘sobreagudo’ contable tras seis años de deriva
El gran teatro abre temporada, con la que espera embalsar 3,5 millones en margen; la institución cultural zanja el último ejercicio con beneficios operativos
El Gran Teatre del Liceu, emblema catalán de la lírica, ha entonado un sobreagudo numérico gracias al plan de estabilidad que impulsó, hace dos temporadas, el actual director general Roger Guasch.
El desempeño económico ha registrado un saldo positivo en la línea de la cuenta que recoge el resultado operativo. Antes de impuestos, la cifra asciende a 1,2 millones de euros gracias al crecimiento de los ingresos ( 10%) de 37 a 40,2 millones y a una sensible contención del gasto (-5%). Esta última partida se ha contraído desde los 41 a los 39 millones.
Fin de la crisis
Las proyecciones para la nueva temporada, que abarcará el actual año y parte de 2016, anticipan la estabilización de los costes y que las ventas remontarán más. Si el presupuesto se cumple, el Liceu terminará el ciclo con una facturación de 41,5 millones. Es decir, algo más de un 3% adicional a las alcanzadas durante la temporada pasada.
El excedente quedaría, de cumplirse las expectativas, en 2,2 millones de euros. De este modo, el plan para tres años que fijó Guash se saldaría con unos 3,5 millones de exceso acumulado. El capital amasado durante el periodo permitiría zanjar la crisis institucional en la que ha sucumbido el Liceu durante los últimos años.
Los aficionados al bel canto temen que quien pague los platos rotos de la recuperación económica del gran teatro sea la calidad musical. Precisamente por ello, en la presentación del curso, los responsables artísticos y musicales dejaron claro que habrá «un equilibrio entre calidad y sostenibilidad».
Referente operístico del sur de Europa
El programa anuncia nombres como Mutti, Diego Florez, Terry Gilliam (Monty Python), Joyce, Damrau, Plácido Domingo (50 aniversario de canto en el Liceu), Kunde, una serie de cantantes jóvenes de nivel, e incluso la presencia del actor John Malkovich. Según Guasch, el Liceu se convertirá en un referente operístico del sur de Europa y además se potenciarán las actividades destinadas al público infantil y juvenil como fuente de futuro.
Queda la duda de si el repertorio de la próxima temporada deparará equilibrio real entre óperas comerciales y los títulos arriesgados, de la misma forma que apenas se entrevén producciones propias, pero de lo que no hay duda es que lo que viene tendrá calidad, según la opinión mayoritaria de los críticos, y que también se incrementarán el número de representaciones.
Guasch está «orgulloso de haber ya alcanzado ese equilibrio que ha evitado la cancelación de representaciones y al mismo tiempo permite crear buenas expectativas de futuro a partir de unas cifras que parecen remontar».
Guerra sin cuartel contra el ‘IVA cultural’
En lo que sí están de acuerdo los gestores del Liceu es en declarar una guerra sin cuartel al IVA cultural. La del Gobierno no ha sido, sin embargo, la única traba que ha afrontado la institución catalana.
Estos últimos años ha sufrido momentos de angustia colectiva a causa de la crisis del sector –que afecta a instituciones como el MET de Nueva York– por la inestabilidad salarial y laboral con paros, huelgas, eres, despidos y bajas (que suman 40 personas).
Por otro lado, el Liceu tuvo que soportar una caída importante del mecenazgo privado y, a pesar de los esfuerzos realizados estos dos últimos años, los resultados, en ese sentido, apuntan a las cifras del curso anterior. Para paliarlo el coliseo de la mítica Rambla barcelonesa se ha esforzado en la venta de entradas, obteniendo un superávit de 2,5 millones con respecto a la temporada anterior.