El jefe del Ejecutivo defiende las reformas para evitar la quiebra de España

Destaca que las políticas de ajuste comienzan a dar sus frutos como el buen comportamiento de la balanza de pagos

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La palabra maldita no se pronuncia. Ni se augura cuando se podría producir otra expresión poco afortunada. Pero el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, lo ha dejado claro. La ‘quiebra’ de España y el posterior ‘rescate’, se producirían sin ninguna duda sin las reformas que ha llevado a cabo el Ejecutivo español a lo largo de este año.

Rajoy ha tratado de justificar, en todo caso, todas las medidas que ha ejecutado, la mayoría contrarias al programa electoral con el que se presentó a las elecciones hace un año. En su balance anual, y con el objetivo de ofrecer algunos mensajes de cierto optimismo, Rajoy ha pedido “comprensión y solidaridad” al conjunto de la sociedad española, asumiendo que la situación económica está provocando sufrimiento. Pero todas esas medidas son inevitables para poder superar la crisis económica, y han servido para evitar la quiebra del país.

Evitar un déficit del 11%

El argumento es que sin las políticas de recortes, que han servido para atajar el déficit, éste se hubiera desbocado. “Sin las reformas, la situación sería insoportable, insostenible y el déficit público estaría entre el 11% y el 11,5%.», ha asegurado Rajoy. En esa situación, “¿Quién nos iba a prestar dinero?, mejor no pensarlo, porque no ha ocurrido”, se ha contestado, para no pronunciar la palabra ‘quiebra’.

Rajoy ha considerado que las políticas de ajuste comienzan a dar sus frutos. Y que uno de los datos alentadores es la situación de la balanza de pagos de España. De un déficit exterior del 11%, se pasará este próximo año a porcentajes positivos, ha asegurado Rajoy. Otro dato es el volumen de operaciones de las empresas españolas en el extranjero, que han conseguido contratos por 23.000 millones de euros. Todo ello debería llevar, según Rajoy, a una situación de cierto amor propio, aunque ha afirmado que entiende que exista “escepticismo”, cuando no “pesimismo” sobre la economía española.

Controlar el gasto

Respecto a la flexibilidad en los objetivos de déficit, y aunque la Comisión Europea podría ofrecer un margen mayor en su reunión de febrero, Rajoy se ha mostrado reacio. Entiende que se debe seguir esa senda de ajuste, para que las administraciones no gasten lo que no ingresan.

Esa reacción se extiende a la posibilidad de que las autonomías flexibilicen también su déficit, en función del margen que obtenga España. Precisamente, es una de las peticiones del Govern de la Generalitat, que desea que el déficit se reparta de forma proporcional entre todas las administraciones públicas del Estado.

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