El Gobierno se queda solo en su inmovilismo ante la crisis sanitaria
Italia, Alemania o Francia han decretado medidas más restrictivas que las del Ejecutivo español, en pleno conflicto por quién tiene competencias en Moncloa
Mientras países europeos como Italia, Francia o Alemania han dispuesto un paquete de medidas restrictivas para contener la propagación del coronavirus, en España el Gobierno sigue dirimiendo de quién es la responsabilidad de gestionar la epidemia. El último miembro del Ejecutivo de Pedro Sánchez en salir a justificar la actuación gubernamental ha sido el ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, que ha afirmado que «hay que estar a lo que diga siempre el Ministerio de Sanidad».
La polémica sobre las competencias llega después de que el Ministerio de Trabajo, dirigidido por Yolanda Díaz, publicase una guía con un protocolo de actuación, tanto para empresas, como para empleados. Algo que, según entienden patronales como la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) o Cepyme, se trata de un «grave error».
A través de un comunicado conjunto, ambas entidades explican que llevan «semanas trabajando» en la prevención y contención del riesgo de contagio según las directrices del Ministerio de Sanidad y «en perfecta coordinación con el resto de interlocutores sociales». También le reprochan que la publicara de forma oficial antes de comunicarlo.
Sobre el escenario de la epidemia en España, Escrivá también ha asegurado este jueves que ve «una realidad muy distinta a la que veo después en prensa». Algo que refleja el inmovilismo del Ejecutivo. Sanidad aún mantiene el nivel 1 de alerta sanitaria, a pesar de que las cifras que ha dejado hasta el momento el Covid-19 se acercan a las de países europeos como Francia, que ya se acerca a los 300 afectados, pero que están tomando medidas mucho más restrictivas.
Las medidas de otros países europeos
Italia, el más afectado con más de un centenar de muertos y más de 3.000 infectados, decretó este miércoles el cierre de todas los colegios, institutos y universidades. El Gobierno de Giuseppe Conte anunció también esta misma semana un paquete de medidas de 3.600 millones de euros para paliar el impacto del coronavirus. En España, con tres casos de contagio en menores registrados, no se ha estipulado ninguna medida de calado en el sistema educativo.
Suiza prohibió las concentraciones de más de 1.000 personas, algo que obligó a cancelar el popular Salón del Automóvil de Ginebra. Días después, Francia tomó la misma determinación. El Ejecutivo de Emmanuel Macron prohibió a finales de febrero las concentraciones de más de 5.000 personas. En España, Sanidad, por su parte, «recomienda» no celebrar congresos médicos en aunque no ha emitido ninguna orden al respecto.
Nous réquisitionnons tous les stocks et la production de masques de protection. Nous les distribuerons aux professionnels de santé et aux Français atteints par le Coronavirus.
— Emmanuel Macron (@EmmanuelMacron) March 3, 2020
Siguiendo las actuaciones del Gobierno francés, hace unos días se nacionalizaron «todas las existencias y la producción» de mascarillas protectoras para distribuirlas a todos los profesionales del sistema sanitario galo. Algo que también ha anunciado Alemania, donde se han registrado 349 casos hasta el momento, más de un centenar por encima de las cifras españolas.
La compañía germana Deutsche Bahn, que gestiona todo el sistema ferroviario del país, también ha implementado un paquete de restricciones para controlar la propagación. Si existen sospechas de un posible contagio entre los pasajeros se clausurará todo el área infectada y se procederá a su desinfección.
En cuanto a los eventos deportivos, donde se producen algunas de las mayores aglomeraciones de personas, España solo ha suspendido cuatro eventos, pero no ha tomado niguna directriz general como sí decretó Italia. Precisamente, el pasado domingo se celebró el partido entre Real Madrid y Fútbol Club Barcelona, lo que se puede interpretar como una falta de intervención estatal mientras Sanidad defiende que «no hay que caer en el alarmismo».