El Gobierno se propone reducir el peso del sector público por debajo del 40% del PIB
Montoro hace campaña en Cataluña para vender las bondades de la reforma fiscal
Mariano Rajoy se ha marcado el objetivo de rebajar el peso del gasto público en el PIB. El objetivo del Gobierno es que se sitúe por debajo del 40% frente al 43% actual. “Es la misma foto que teníamos en 2003 o 2004, sabemos que es un modelo que funciona”, ha indicado el secretario de Estado de Hacienda, Miguel Ferrè, ante el empresariado catalán este lunes.
El hombre fuerte de Cristóbal Montoro encabeza una delegación del Ministerio de Hacienda que ha desembarcado en Barcelona para vender las bondades de la reforma fiscal. La primera parada ha sido en la Torre Banc Sabadell, donde los letrados de EY y la Asociación para el Progreso de la Dirección (APD) han organizado una jornada en la que se ha debatido poco, tal y como lamentaba algún asistente a la salida, y se ha centrado en destacar la reducción de la fiscalidad de los agentes privados de la economía -familias y empresas- para fomentar la recuperación del gasto.
Contención salarial
Ferrè ha recordado que el ahorro medio calculado será del 12,5% y que ello “ya tendrá efectos en la nómina del próximo enero”. La reducción del IRPF será más destacada en los primero tramos de la renta, que pasará de siete a cinco con un tipo mínimo del 20% frente al 24,75% actual. Las rentas más altas también se verán beneficiadas con una bajada del 52% al 47%.
En clave empresarial, el Ejecutivo indica que relajar los impuestos servirá para consolidar los ajustes laborales y la contención salarial. “La reforma ya transfiere más capacidad económica a los trabajadores”. El secretario de Estado ha añadido una petición a los agentes sociales: “No se debe hacer daño a la estructura de competitividad que han conseguido ahora las empresas españolas”.
El encargado de detallar las novedades en el Impuesto de Sociedades ha sido el director general de Tributos, Diego Martín-Abril. Ha sacado pecho de la simplificación que propiciará la reforma en las tablas de amortización y el fomento de la autofinanciación incluso para las pymes con incentivos fiscales a las reservas propias. Hecho que impediría de nuevo grandes apalancamientos de los privados.
Críticas a la reforma
El nuevo mapa fiscal diseñado por Montoro ha sido criticado, precisamente, por la falta de originalidad. El profesor de economía de Icade, José Carlos Diez, señala que la rebaja de la fiscalidad de los ciudadanos de la que hace gala el Ejecutivo no es tal. Indica que, en el fondo, la reforma recupera el escenario de 2011, antes de la primera subida de impuestos de Rajoy, y que la fotografía final muestra como España ha dejado de recaudar 5.000 millones en los últimos tres años mientras el déficit crece y la deuda pública está en máximos.
El Gobierno presentó la reforma en junio. El Congreso debatirá este martes sobre el borrador de la ley que afecta al IRPF, el impuesto de sociedades y el IVA, las tres normas que Rajoy quiere vigentes en enero, aunque su aplicación sea progresiva. Deja la modificación de la Ley General Tributaria para el segundo trimestre de 2015, consciente del lodazal que implica reordenar este régimen. Cuando ello suceda, esperan que los datos macroeconómicos de la ansiada recuperación estén consolidados y que la demanda se haya despertado.