El expresidente de ERC prefiere a Puigdemont que a Artur Mas
Joan Puigcercós defiende la línea trazada por el líder huido a pesar de las incomodidades que provoca en la dirección de Esquerra
La figura de Carles Puigdemont provoca enormes recelos a la actual dirección de ERC, encabezada por Oriol Junqueras. Las tensiones se remontan a sus tiempos de gobierno. A Esquerra le molestó su huida inesperada huida, aunque le ha irritó todavía más su línea radical, su restitución a toda costa y otras iniciativas que atribuyeron a sus ansias de protagonismo.
Las malas relaciones de Puigdemont y Junqueras son conocidas, aunque el líder de ERC siempre ha optado por mantener el tipo y no azuzar su choque personal en público con el expresidente de la Generalitat.
Lo que sí que ha hecho Junqueras es rechazar todo tipo de ofertas políticas de Puigdemont, entre otras, la de formar listas electorales conjuntas, sea en las municipales, sea en las autonómicas, sea en las generales, sea en las europeas.
El antececesor de Junqueras en ERC, es decir, Joan Puigcercós, entiende que su partido se resista a estas listas conjuntas, pero no entiende que no se produzca un esfuerzo mayor para concretar una hoja de ruta compartida con Junts per Catalunya.
Puigdemont: el «competidor feroz»
«ERC y Junts por Catalunya son competencia electoral, pero no debe ser utópico alcanzar una estrategia conjunta sobre dónde tenemos que llegar. Y ERC debe entender que, aunque pueda parecerle un competidor feroz, interesa más la Junts por Catalunya de Puigdemont que no la vieja Convergència», dijo el expresidente de ERC en declaraciones a Vilaweb.
Puigcercós, el hombre que dejó ERC en manos de Junqueras, defendió así la línea independentista y confrontadora trazada por Puigdemont frente a la de antecesores suyos como Artur Mas en Convergència.
«Existe la tentación de pensar que si Junts per Catalunya vuelve al pasado, será más cómodo para ERC. Pues sería un desastre para el país. Y a la larga, peor para ERC. ERC debe ser lo suficientemente inteligente y tener vista en este punto», consideró el expresidente de Esquerra.
La estrategia de Puigdemont y la Cataluña de clase media
No obstante, después de defender el independentismo de Puigdemont, desacreditó la vía unilateral porque el Estado sabe defenderse a la perfección.
Puigcercós añadió un elemento para la reflexión interna del soberanismo: «Aquí medio país se va de vacaciones. Digo esto porque alguien dijo que esto era una revuelta postmoderna. La revolución de las sonrisas. Gran parte es clase media. No toda. Pero gran parte. Y por lo tanto, a esta gente no les pidas seis meses de huelga»
El expresidente de ERC no se atrevió a concretar su apuesta para que el independentismo avance, aunque restó toda utilidad a la vía del diálogo con el Gobierno.
El referéndum pactado: el autoengaño
«Si alguien se cree que el Estado está dispuesto a ceder, vive en las nubes. No quieren cambiar. El diálogo es una forma de gestionar el día a día. Pero no lleva a ninguna parte. Ellos no quieren cambiar ni lo necesitan. Han aprendido una cosa: no necesitan electoralmente Cataluña», advirtió Puigcercós.
De esta manera, descartó la vía del referéndum pactado. «Esto es autoconsumo. No nos engañemos. Es para nuestra gente. Que vean una vía. Pero la vía se va escrutando. Y por otro lado, está Elisenda Paluzie (presidenta de la ANC), que dice que si tenemos el 51% declaramos la independencia. ¿Y al día siguiente como lo haremos? ¿Cómo lo gestionamos?», se preguntó.
En este punto, Puigcercós desveló que cuando ve a dirigentes de la Generalitat les dice: «Debéis volver tres pantallas atrás y explicar cosas como el expolio fiscal. Porque al final, ampliar la base del independentismo, que alguien se ríe, también se hace así. El eslogan ‘España nos roba’, a ellos les ponía enfermos».
Elecciones después de la sentencia
Finalmente, el expresidente de ERC avaló la idea de una convocatoria electoral después de la sentencia del Tribunal Supremo. «Será más higiénico. Y una manera de dejar claro qué les ha parecido a los catalanes la sentencia. Si avalan un nuevo gobierno independentista o no la avalan. Es la legitimidad más grande y la fortaleza más grande que podemos tener», dijo.