El engrase permanente de la puerta giratoria

La llegada de los fondos abre una nueva vía para que ex políticos recalen en los consejos de las empresas

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Lo de haber sido en España ministro del Gobierno o consejero autonómico o, en ocasiones, ni una cosa ni otra, simplemente haber estado bien relacionado, tiene una recompensa casi permanente, la de colocarse en uno o varios consejos de administración y, además de forma rotatoria. Si se sale de alguno, siempre habrá otra empresa que llamará a la puerta para solicitar ese asesoramiento supuestamente tan preciado.

Los recientes nombramientos conocidos del ex vicepresidente del Gobierno, Rodrigo Rato y el ex presidente de Repsol, Alfonso Cortina, como consejeros de Servihabitat –la filial controlada en un 51% por el fondo TPG y por Caixabank– en representación del fondo, vienen a demostrar cómo la ‘puerta giratoria’, lejos de atascarse, está más engrasada que nunca.
Y lo está porque se avecina un periodo en el que la entrada de todos esos fondos internacionales en el capital de muchas empresas va a provocar un buen número de relevos en los asientos de los consejos.

Políticos y empresas

Hace unas semanas, el Grupo de Estados Contra la Corrupción (Greco), del Consejo de Europa, ponía el acento en esa relación tan estrecha que se crea entre políticos y empresas en España, que acaba por afectar a la credibilidad de las instituciones. Y recomendaba a las autoridades españolas que adoptarán un código de conducta para prevenir conflictos de intereses en la relación entre parlamentarios y grupos de presión. Antes del 30 de junio de 2015, el Gobierno deberá redactar un informe con las medidas adoptadas.

Mientras tanto, ahí sigue el baile, bien remunerado, de permanentes entradas y salidas de los consejos como si tal cosa. Cojamos el ejemplo de Rodrigo Rato –imputado por el caso Bankia por presuntos delitos de falsificación de cuentas, administración desleal, maquinación para alterar el precio de las cosas y apropiación indebida–, que ha alcanzado esta semana la edad de jubilación al cumplir 65 años. Fecha en la que debe decidir si rescata el fondo de pensiones de 522.000 euros generado durante su estancia en Bankia.

Rato, de los más requeridos

Desde que salió del Gobierno hace diez años, sus servicios han sido de lo más requeridos. Además de sus tres años al frente del Fondo Monetario Internacional, entre 2004 y 2007, y del ‘bienio negro’ (2010-2012) en Caja Madrid, primero, y en Bankia, después –que desembocó en el rescate al que se vio obligado a acudir el Reino de España– Rato acumula cargos en Telefónica, donde figura desde enero de 2013 como consejero asesor para Latinoamérica y Europa, o en el Banco Santander.

Emilio Botín le recuperó el pasado mes de septiembre para el consejo asesor de la entidad por segunda vez, tras dimitir en la primera ocasión al ser nombrado presidente de Caja Madrid. Ida y vuelta similar a la producida en Caixabank. Antes de su llegada a la entidad madrileña había sido presidente del consejo asesor de Criteria, el holding de empresas participadas por La Caixa, y, por lo que ve, ahora sus servicios también resultan imprescindibles para la gestión inmobiliaria de la entidad catalana.

Lista interminable

Además de Rato, la lista de ex políticos como consejeros asesores de las principales compañías es muy larga. Pero hay sitio para todos, especialmente en las compañías eléctricas o gasistas. Un repaso a los consejos de Endesa, Iberdrola, Gas Natural Fenosa, Red Eléctrica o Enagás, sirve para toparse con nombres que han estado, o siguen estando presentes, como Felipe González, José María Aznar, Elena Salgado, Ángel Acebes, Marcelino Oreja, Pedro Solbes o Miguel Boyer, entre otros.

Y siempre hay más nombramientos. Lo acabamos de comprobar en Enagás, la empresa gestora del sistema gasista de la que la Sociedad Española de Participaciones Industriales (SEPI) participa con un 5%, cuyo consejo ha propuesto a la junta de accionistas que se incorporen como consejeros las ex ministras del PP, Isabel Tocino (Medio Ambiente) y Ana Palacio (Exteriores), además de Antonio Hernández Mancha, el que fuera fugaz líder de la antigua Alianza Popular a finales de los años ochenta del pasado siglo. Tocino ya se sienta en los consejos del Banco Santander y la papelera Ence, mientras que Palacio hace lo propio en EDP España.

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