El CSIC pide ayuda a más de 100 empresas pero sólo siete le dan dinero
El máximo organismo científico de España lleva más de un año contactando con multinacionales y bancos para financiar un plan de becas a investigadores. Es la nueva fórmula para compensar la caída de la inversión pública
Afectado por la reducción de los fondos públicos, el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, CSIC, la mayor entidad científica de España, lleva más de un año contactando con empresas, grandes multinacionales y bancos para financiar un nuevo programa de ayuda a 13 jóvenes investigadores.
El organismo ha llamado y se ha reunido más de cien grandes compañías con beneficios, todas con recursos para invertir en investigación y desarrollo. Pero sólo siete han aceptado dar dinero a un programa de becas destinado a paliar la fuga de científicos españoles a otros países.
«No es tarea fácil que las empresas aporten recursos para la investigación y desarrollo y menos si los científicos no están bajo su supervisión directa. Hemos contactado a más de 100 empresas, muchas más de 100, explicándole el nuevo programa. Y sólo siete han aceptado participar. Esperemos que después de la primera convocatoria se animen más», explica a este diario Mercedes Rubio Pascual, directora del Gabinete del presidente del CSIC.
Sueldo digno y con cotización
El organismo científico, que tuvo que ser rescatado con una inyección extraordinaria de 95 millones el 2013, ha ideado una nueva manera para recibir recursos. El programa, que lleva el nombre de Comfuturo, aportará recursos para 13 investigadores durante tres años, que incluyen los gastos para el proyecto y un salario bruto anual de 31.600 euros. Las condiciones del proyecto, que también incluye una aportación de 5.000 euros anuales del CSIC, destaca gran noticia para los beneficiados los investigadores: la ayuda incluye cotizaciones a la Seguridad Social.
Ocho de los proyectos tendrán una vía de investigación libre mientras que los restantes deberán estar centrados en agroquímica, biocidas nanoparticulados para la desinfección de aguas, enfermedades inflamatorias autoinmunes, tecnologías para la detección temprana del cáncer y soluciones catalíticas de bajo coste para la industria del gas.
Las siete empresas privadas que han aceptado participar en el nuevo programa del CSIC son Banco Santander, BASF, Gas Natural, Iberdrola, Lilly, fundación Aquae (Aïgues de Barcelona) y Hotel Aguas de Ibiza. No se trata de enormes desembolsos, sino de una pequeña ayuda para una institución afectada por los recortes de los programas Ramón y Cajal y Juan de la Cierva. Banco Santander destinará un millón de euros y las otras seis compañías sumarán otro millón adicional.
Inversión a pique
El máximo órgano científico de España, que cuenta con otras empresas colaboradoras en investigaciones concretas, ha sido uno de los grandes afectados por la crisis y las políticas de austeridad. Desde los niveles máximos de 2008, las aportaciones de dinero público al CSIC se han reducido en más de 30%, pero también ha caído la inyección de recursos privados, según explican los responsables del centro.
La merma repercute directamente en los investigadores jóvenes, que tienen enormes dificultades para entrar en plantilla. Las consecuencias de las restricciones económicas, que afectan la supervivencia de muchos grupos de trabajo, se refleja en la media de edad de los investigadores: 53 años.
«En los últimos seis años los contratos de investigación han disminuido en el importe total, pero crecen en número. Se ha producido un aquilatamiento hasta el 2013 pero ha aumentado en el 2014 y esperamos que continúe así», explica el presidente del CSIC Emilio Lora Tamayo.
Al margen del programa financiado por las siete empresas privadas, el CSIC no tiene previsto formalizar nuevos contratos ni pre ni postdoctorales hasta 2017, según el Plan de Actuación 2014-2017. Con este panorama, el CSIC parece destinado a seguir pidiendo.