El CSIC descubre las claves de la proteína que facilita el contagio de la Covid-19

Científicos del CSIC revelan las claves de la flexibilidad de la proteína spike del coronavirus SARS-CoV-2, que permite la entrada del virus en las células

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Los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han dado un paso más en la lucha contra el coronavirus. Un estudio elaborado por científicos de la institución identifica cuáles son algunas de las claves de la flexibilidad de la proteína spike del SARS-CoV-2, que es la que permite la entrada del virus en las células y propaga la infección.

Los detalles del funcionamiento de esta prótido, publicados este martes en la revista International Union of Crystallography Journal, podrían ser de gran utilidad en el diseño de terapias para bloquear el acceso al virus desde el interior de las propias células. Esta investigación define cuáles son sus movimientos y propone la localización de algunas bisagras moleculares que los permiten, explica el CSIC en una nota.

Esta investigación define cuáles son sus movimientos de la proteína spike y propone la localización de algunas bisagras moleculares que los permiten

Para analizar estos movimientos y la dinámica estructural de esta proteína, los investigadores han desarrollado nuevos métodos computacionales a través del estudio de cientos de miles de imágenes de crío-microscopía electrónica. «Mediante los nuevos desarrollos propuestos en análisis de imagen hemos podido comenzar a entender la flexibilidad de la espícula infectiva del virus, detectando algunas de las bisagras moleculares que facilitan su entrada en la célula», ha indicado José María Carazo, investigador del CNB-CSIC y uno de los responsables del trabajo, en declaraciones a Efe.

Coronavirus./ EFE

El CSIC consigue resultados impensables en un tiempo récord de su terapia anticovid

Para conseguirlo, los investigadores han estudiado cientos de miles de imágenes de microscopía electrónica en condiciones criogénicas, junto con grupos de trabajo en España y Estados Unidos, y han logrado resultados impensables sólo hace unos años y en un tiempo récord. “Gracias a esta colaboración, hemos podido identificar el movimiento que sigue la proteína S para fusionarse con las membranas celulares», ha asegurado Carazo.

«Gracias a esta colaboración, hemos podido identificar el movimiento que sigue la proteína S para fusionarse con las membranas celulares»

Para Roberto Melero, primer autor del trabajo, junto con Carlos Óscar Sánchez Serrano, este trabajo «prueba la existencia de una flexibilidad continua y característica en la proteína S del SARS-CoV-2 que no habíamos sido capaces de detectar previamente, y que podría ser útil en el diseño de nuevas terapias dirigidas a bloquear la entrada del virus en la célula”.

El trabajo ha sido realizado por varios grupos de investigación del Centro Nacional de Biotecnología (CNB-CSIC) -que alberga el Centro de Procesamiento de Imagen de la Infraestructura Europea de Biología Estructural Instruct-ERIC- y del Centro de Química Física Rocasolano (IFQR-CSIC), en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid, la Universidad de Yale y la Universidad de Texas.

El estudio también ha contado con el apoyo del Instituto de Física de Cantabria (CSIC-UC) y del Centro de Supercomputación de Barcelona. 

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