El coronavirus agranda la lista de espera en rehabilitación hasta los 8 meses
El 40% de los pacientes crónicos ha sumado nuevas patologías durante la crisis de la covid al no tener seguimiento
El coronavirus provocó un colapso sin precedentes en el sistema sanitario. En los primeros meses de pandemia la crisis sanitaria obligó a posponer la atención de otras dolencias y, una vez que los hospitales se van vaciando de pacientes covid, se aprecian las consecuencias: la lista de espera en los centros de rehabilitación asciende hasta los ocho meses.
La presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar, ha subrayado en una entrevista con Efe que los efectos de la pandemia en las personas con dolores crónicos, que en España suma siete millones personas -el 17% de la población mayor de 16 años- y afirma que cuatro de cada diez pacientes ha sumado nuevas patologías durante la crisis de la covid al no tener seguimiento.
Según relata Escobar, de esos siete millones de personas con dolor persistente, el 68% presenta problemas de movilidad o limitaciones en la funcionalidad y un 48% ha permanecido de baja a causa del dolor, lo que redunda en un coste anual de 16.000 millones de euros, el 2,5% del PIB. Un coste económico que amenaza con duplicarse o triplicarse en los próximos 40 o 50 años, debido a una población cada vez más longeva y con más problemas de salud asociados al dolor crónico.
El 50% de los pacientes crónicos tiene problemas para conseguir su tratamiento
Este tipo de dolor continuo, señala la presidenta de la plataforma de pacientes, redunda en la calidad de vida y, además de la suspensión de la rehabilitación, se han retrasado diagnósticos y cancelado consultas por saturación en la Atención Primaria, y hasta el 50% de los pacientes crónicos ha tenido problemas para conseguir tratamiento en la farmacia comunitaria.
Desde la plataforma también denuncian que a las unidades de dolor, con tratamientos específicos, solo se deriva al 38% de los pacientes y, de estos, el 69% ha tardado más de un año en conseguir ser atendido y el 31%, más de cinco años. Sobre las unidades del dolor también se manifiesta el presidente de la Sociedad Española del Dolor (SED), Víctor Mayoral.
El tiempo de espera para recibir tratamiento en una unidad del dolor por cefaleas intensas o patología lumbar supera el año
Mayoral explica que la espera para recibir tratamiento en una unidad del dolor por cefaleas intensas o patología lumbar, que es la causa de incapacidad laboral más frecuente, supera el año.
Y para evitar esas esperas, el presidente de la SED pone el acento en el sistema actual que deriva al paciente de Atención Primaria a un especialista de la patología de base, antes de mandarlo a la unidad del dolor, lo que supone «una pérdida de tiempo injusta».
Mayoral reconoce que el sistema es muy diferente según qué comunidades, si bien «algo se ha mejorado», ya que, en un 18% de los casos, el médico de familia deriva directamente al paciente a la unidad del dolor, acortando los tiempos.
No obstante, el presidente de la SED subraya que no se trata de derivar al paciente crónico a la unidad de dolor si no es necesario. De hecho, el 75% puede ser manejado en Atención Primaria, mientras que el 25% restante sí requiere de la unidad del dolor, donde suele estar una media de tres meses.
España, de los países con menos pacientes crónicos
Respecto a ese 17% de población que manifiesta dolor crónico, Mayoral recuerda que España se sitúa en una franja baja respecto a otros países de Europa. El presidente de la SED llama la atención de países como Estados Unidos, donde el dolor crónico afecta a más del 30% de su población.
A su juicio, no hay una explicación definitiva para esta brecha, dado que con más expectativa de vida (España tiene de las más altas del mundo) es más frecuente padecer enfermedades crónicas y degenerativas asociadas al dolor.
No obstante, subraya que hay patologías como la diabetes, la obesidad y toxicidades asociadas a hábitos no saludables (dietas no adecuadas y alcohol) que aumentan el dolor crónico, y ese escenario abunda más en Estados Unidos que en España.