El club esloveno de amigos del «procés» echó raíces en 1990
El idilio entre independentistas catalanes y diplomáticos eslovenos se remonta a 1990, cuando Jordi Pujol recibió al excomunista Milan Kucan en Barcelona
Quim Torra se metió en un charco la semana pasada, cuando fantaseó con replicar la vía eslovena, que dejó más de 60 muertos y 300 heridos, para conseguir la independencia de Cataluña.
Al compás de las críticas, el independentismo se desmarcó de sus declaraciones y su propio Govern le corrigió el tiro, alegando que su apuesta es por la «determinación clara», pero sin violencia.
Pero la historia de los soberanistas catalanes y eslovenos viene de atrás, y Torra cogió el testigo.
Pujol estrechó los lazos con los independentistas eslovenos
Torra hizo las polémicas declaraciones después de entrevistarse con el presidente esloveno, Borut Pahor, lo que despertó públicamente su admiración al proceso soberanista de Eslovenia, que tuvo lugar en 1991, un año después de que se robustecieron las relaciones entre los independentistas eslovenos y catalanes.
El entonces president catalán Jordi Pujol recibió en Barcelona, en 1990, al excomunista Milan Kucan, el mandatario esloveno que lideró la independencia, cuando prácticamente ninguna cancillería europea trataba con él, por seguir manteniendo vínculos con el comunista Zoran Lilic, líder de la federación yugoslava, según recuerda El Periódico.
En aquella cita, Kucan explicó a Pujol cómo sería el referéndum de autodeterminación que llevaría a cabo en Eslovenia, después de que el parlamento esloveno aprobase una declaración que ponía sus leyes por encima de las federales, similar a la de septiembre de 2017 en el Parlament de Cataluña.
Pujol le animó a seguir adelante con el proceso de independencia, y fue siempre recordado por ello.
En 2017, Kucan firmó un manifiesto que dice: «Los ciudadanos eslovenos no han olvidado el apoyo de la nación catalana en 1991, cuando esperábamos el apoyo internacional a nuestra independencia». Su figura es la autoridad moral a la que apuntan los miembros del club de amigos del «procés» que se estira en Eslovenia después del 1-O.
Los amigos del «procés» en Eslovenia
El círculo de simpatizantes del «procés» catalán es una selección de la diplomacia eslovena , y va más allá del presidente Borut Pahor, quien recibió a Torra la semana pasada en su despacho y por ello recibió las críticas del primer ministro Marjan Sarec.
No es un club oficial, pero sus representantes actúan como tal al exponer su apoyo al independentismo catalán. El ex embajador esloveno en España (1992-1997), Franco Juri, es uno de ellos. Juri criticó duramente al Ejecutivo español después de las cargas policiales del 1-O, y advirtió de la «desestabilización de toda España, no solo Cataluña».
Los ex ministros de Exteriores, Dimitrij Rupel e Ivo Viagl, también secundan la autodeterminación catalana. El primero fue ministro de Exteriores cuando Eslovenia aún no conseguía la independencia, por lo que el separatismo catalán suele vincularlo a las labores de Raül Romeva antes de la declaración unilateral de independencia.
Todos ellos, y unos cuantos miles de diplomáticos y líderes sociales más, firmaron el manifiesto encabezado por Kucan después del 1-O, llamado «Apoyando a Cataluña«. «Ninguna constitución adoptada por una mayoría política en un momento y contexto sociopolítico determinado puede pisotear el derecho a la autodeterminación», decía el texto.
El manifiesto amalgamó los 17 años de relaciones fraternales entre eslovenos e independentistas catalanes, que ahora toman más fuerza con la admiración y la cercanía de Torra. Otros de los firmantes fueron el padre de la constitución eslovena, Peter Jambrek, y el primer presidente del Consejo Nacional de la República, Ivan Kristan.