El CIS de Tezanos apunta una mayoría absoluta de Sánchez e Iglesias
El CIS pronostica que PSOE y Podemos sumarían entre 157 y 181 escaños, mientras que PP, Cs y Vox obtendrían entre 138 y 166
El PSOE ganaría las elecciones del 28-A con entre 123 y 138 diputados, el doble que su inmediato perseguidor, el PP, que obtendría entre 66 y 76. Eso es lo que pronostica el macrobarómetro preelectoral del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), que, a base de conceder horquillas de escaños tan amplias, no concluye nada sobre la gobernabilidad del Congreso. Porque, teniendo en cuenta que a Podemos le pronostica de 34 a 43 diputados, el bloque de izquierdas podría tener de 157 a 181 diputados, y la mayoría absoluta se sitúa en los 176.
Lo mismo vale para el bloque integrado por PP, Cs y Vox, que sumarían entre 138 y 166 escaños. A los de Albert Rivera les otorga la encuesta entre 42 y 51 diputados (sin contar los 1 o 2 atribuidos a Navarra Suma, coalición integrada por UPN, PP y Cs) y a los de Santiago Abascal, entre 29 y 37.
ERC duplicaría su representación y pasaría de los 9 diputados actuales a 17 o 18, mientras que Junts per Catalunya (JpC) retendría de 4 a 5 de los 8 que tiene, de modo que el bloque independentista ganaría peso, pasando de 17 a entre 21 y 23 diputados.
Más allá de las variables tan amplias que contempla, el sondeo indica una reconfiguración extrema del Congreso, con los populares y Podemos y las confluencias perdiendo la mitad de sus respectivas representaciones actuales; el PSOE incrementando la suya entre 38 y 53 diputados y Vox irrumpiendo en tromba en el hemiciclo.
Macroencuesta con estimación de voto
La macroencuesta abarca una muestra de casi 16.200 personas, más de cinco veces mayor que las utilizadas en los barómetros mensuales del CIS, y, a diferencia de estos, ha vuelto a incorporar una estimación de voto y una proyección en escaños, práctica que fue erradicada el verano pasado por el actual responsable del organismo, José Félix Tezanos, que prefería prescindir de los habituales procedimientos demoscópicos que permiten traducir esos datos en bruto en un pronóstico electoral, y limitarse a reflejar la intención directa de voto expresada por los encuestados.
En primera instancia, Tezanos aplicó una mínima reelaboración a esos resultados en bruto en base a la simpatía mostrada respecto a unos y otros partidos, pero más adelante optó por prescindir también de eso.
El caso de Vox resulta curioso a ese respecto. Los barómetros mensuales indicaban un crecimiento, pero es en la macroencuesta donde las expectativas se han disparado.
La intención directa de voto expresada por los encuestados no ha variado sustancialmente en los últimos meses: en enero el 4,5% afirmaron que se decantarían por los de Abascal, en febrero fue el 4,3% y ahora ha sido un 3,8%. Pero si los dos meses anteriores, eso se traducía sucesivamente en un 6,5% y un 5,9% en términos de porcentaje de voto emitido, ahora la estimación es de un 11,9%.