El CIS catalán tejerá un disfraz de líder para Puigdemont

El Centro de Estudios de Opinión (CEO) de la Generalitat, el «CIS catalán», realizará una encuesta electoral y de valoración de los líderes políticos justo después de la moción de confianza a la que se someterá el presidente autonómico, Carles Puigdemont, el próximo 28 de septiembre.  

El «CIS catalán» programa todos los años cuatro barómetros electorales, uno de los cuales se realiza siempre después del debate de política general. No obstante, esta vez, el consejo rector del CEO ha decidido modificar el calendario previsto.

No realizarán ningún barómetro con motivo del debate de política general, que se iniciará el 5 de octubre, sino que lo harán para la cuestión de confianza de Puigdemont, que se vota una semana antes. Los barómetros se elaboran a partir de miles de encuestas telefónicas. Anticiparlo una semana para que coincida con la cuestión de confianza del presidente de la Generalitat no es una cuestión baladí.

Los expertos en estudios de opinión advierten de que no será lo mismo un barómetro efectuado después del debate de política general, en el cual se valora la acción del gobierno, que uno justo después de la moción de confianza, que estará focalizado en la figura política de Puigdemont.

El barómetro favorecerá a Puigdemont
 
Un reputado experto en encuestas electorales, que pide el anonimato, subraya que este último barómetro medirá la «solidez» del bloque gubernamental, los apoyos de su apuesta independentista y «favorecerá las posiciones del presidente». Si supera la cuestión de confianza, tal como está previsto, se disparará la valoración de Puigdemont como líder político.  

A partir de los datos de este estudio electoral, Puigdemont no sólo sabrá el apoyo que tiene entre la opinión pública, sino que podrá decidir con una base demoscópica los «movimientos que tomará en un futuro». Los estudios del CEO acostumbran a ser polémicos y tachados de partidistas.

Rompen la serie histórica

Los expertos consultados indican que se romperá la «serie histórica» de los barómetros realizados con motivo de los debates de política general, que permitían conocer la opinión de la ciudadanía sobre la acción del gobierno de turno.  

En el mismo sentido, Carlos Carrizosa, portavoz de Ciudadanos, lamenta que no se haya respetado la «serie histórica» de los barómetros realizados por los debates de política general. En estas sesiones, la oposición tiene más protagonismo que en una cuestión de confianza, que nunca se ha realizado en el parlamento catalán y que girará alrededor de Puigdemont.  

Carrizosa considera que el gobierno catalán «utiliza una herramienta de prospección para fines partidistas».

Ciudadanos había solicitado la comparencia parlamentaria del director del Centro de Estudios de Opinión, Jordi Argelaguet, para que diera explicaciones sobre la intencionalidad de algunas preguntas que se formulan a los encuestados. Carrizosa apunta que aprovecharán la comparencia de Argelaguet, todavía sin fecha, para que explique los motivos por los cuales han modificado el calendario de barómetros.  

El plan de encuestas previsto para este año estaba fijado desde el 2 de octubre de 2015. No obstante, la semana pasada, el consejo rector del CEO decidió modificar el calendario, para que el barómetro se hiciera después de la moción de confianza y no con posterioridad al debate de política general.

Cuando decidió modificar el programa ya sabían que Puigdemont superará la cuestión de confianza, puntualiza Carrizosa. En cambio, los socialistas no harán un casus belli de esta cuestión. Ferran Pedret, portavoz adjunto del PSC, indica que «técnicamente no es ningún disparate» elaborar un barómetro con encuestas efectuadas en los días posteriores a la cuestión de confianza.

Otro barómetro para fin de año

Para el último trimestre de este año, el CEO ha previsto elaborar otro barómetro sobre «el contexto político», según recoge el Diario Oficial de la Generalitat en su edición del lunes. No se precisa que se entiende por «contexto político», aunque las fuentes consultadas indican que todo apunta a que, en el fondo, será sobre el llamado proceso de «desconexión» con el Estado.