El Círculo de Economía reclama que toda España asuma el problema catalán
El lobby económico rechaza la vía unilateral del soberanismo, pero pide que el Gobierno y los partidos españoles entiendan que deben encontrar una solución
El Círculo de Economía mantiene su apuesta. Diálogo, negociación política, y también respeto a la ley. Pero los plazos se agotan, y el lobby económico cree que nadie se puede esconder. “El conjunto de España debe asumir que la denominada cuestión catalana es, también, su problema y, por tanto, debe asumir que se debe comprometer activamente en su resolución”, señala en la primera nota de opinión del Círculo desde que es presidente Juan José Brugera.
El lobby económico, con Antón Costas al frente en los últimos años, ha pedido de forma insistente en que se debía encontrar una solución política. Defendió una reforma constitucional, aunque también otras vías, como un acuerdo bilateral que, posteriormente, se pudiera votar en Cataluña. Y fiel a esa línea, el Círculo insiste en que su rechazo a la vía unilateral que propone el soberanismo no es incompatible con la necesidad de ofrecer una salida política.
Al movimiento independentista, el Círculo le pide que también reaccione, y que elabore una propuesta alternativa. “Desde Catalunya no se puede renunciar a elaborar una propuesta de contenidos que, sin rupturas, pueda responder a la aspiración por un mayor y mejor autogobierno”.
El Círculo insiste en que el problema es de naturaleza política y que se debe dialogar
Este primer posicionamiento del Círculo de Brugera admite que existe un “cansancio acumulado”. Y que se debe tener en cuenta otros graves problemas en el contexto internacional, que pueden provocar una ruptura en los marcos de convivencia, con “aún, una incipiente y frágil recuperación económica”. El peligro se extiene en toda Europa, con “un arraigado melestar social”. Ante eso, precisamente, el Círculo reclama que se resuelva ya el tema catalán, desde una premisa clara: “Un periodo de ya varios años, sin avance alguno y sin que la paridad de fuerzas se decante de uno u otro lado, es la muestra indiscutible de que el simple paso del tiempo no acabará por solucionar el conflicto”.
La posición es clara: “Nada es democrático si se vulnera el principio fundamental de cumplimiento de la legalidad, esencial para ordenar la convivencia en cualquier país avanzado”, asegura, en relación a los intentos del gobierno catalán, y de los partidos independentistas. Pero también insiste en que “resulta indiscutible que el llamado conflicto catalán es de naturaleza política y que, lógicamente, su resolución sólo se alcanzará desde la política, y desde el diálogo y la reforma”.
Sin embargo, por ahora, y al margen de los pronunciamientos de organismos como el Círculo, el bloqueo institucional se mantiene.