El caso Gordó deja a Mas al borde de su final en el Pdecat
La dirección del Pdecat reclama que Gordó deje el Parlament y será igual de exigente con Mas a la espera de la sentencia del caso Palau
La dirección del Pdecat sabe que se la juega. O cruza una línea contra la corrupción, contra su pasado reciente o no tendrá futuro como partido. Y ha decidido pasar al ataque con el caso Gordó, que implica directamente a Artur Mas. La exigencia de la coordinadora general, Marta Pascal, a Germà Gordó, para que deje su escaño, complica la vida y mucho a Artur Mas para poder seguir al frente, como presidente, del Pdecat.
¿Por qué? Mas todavía no se pronunciado sobre la decisión de Germà Gordó de conservar su escaño, aunque quede como no adscrito en el Parlament. Sin embargo, en la tarde del viernes, tras conocer que Gordó había sido imputado por el TSJC por el caso del 3%, diferentes cargos del partido y del Govern convinieron que la salida posible sería que Gordó conservara su escaño, que, de hecho, es personal. Con ello mantendrá su condición de aforado, desde la premisa de que cualquier actuación de Gordó fue en beneficio del partido y no en provecho propio.
El pacto tácito que pide Gordó es que no puede ser vapuleado, porque trabajó para el partido
La dirección del Pdecat, sin embargo, no entrará en ese acuerdo tácito. Marta Pascal ha reclamado a Gordó que abandone el Parlament, y también lo hizo este martes Jordi Turull, presidente del grupo parlamentario de Junts pel Sí, y hombre muy cercano a Mas, que forma parte de su núcleo de fieles. Sean o no sinceros en esa petición, huyendo de la hipocresía que denunció este martes el socialista Miquel Iceta, lo cierto es que oficialmente Gordó ha comenzado a ser un apestado en el Pdecat.
La cuestión es que con Gordó irá Artur Mas. Fuentes del Pdecat aseguran que no han podido hacer nada hasta ahora porque tampoco se han conocido sentencias culpatorias. Y, aunque con Gordó no se ha querido esperar al inicio del juicio oral, como ha pedido el diputado convergente, en el caso de Mas la joven dirección del Pdecat no puede mover un dedo si no hay cambios importantes.
Esos cambios, sin embargo, podrían llegar en muy poco tiempo. Todo el partido espera la sentencia del caso del Palau de la Música. El fiscal Emilio Sánchez-Ulled elevó la solicitud de pena de siete años y medio a ocho para el ex tesorero de CDC Daniel Osàcar. Si Osàcar es condenado, el responsable directo será Artur Mas, que dirigió el partido en todos esos años.
Si Osàcar es condenado por el caso del Palau de la Música, Mas será el responsable político
El Pdecat, según diversas fuentes, no podrá dejar de exigir a Mas lo que le pide ahora a Gordó, y es que Mas sigue siendo el presidente del Pdecat, aunque diga que no tiene funciones ejecutivas.
Lo que ocurre en estos momentos, y desde la refundación de Convergència, es que Mas ha querido mantener su ascendente, y también le han respetado esa condición una serie de fieles que han llegado a la conclusión de que Mas podría ser el candidato de una gran plataforma soberanista cuando finalice su periodo de inhabilitación por la causa del 9N. El problema es que los dos años que tiene de pena no contarán hasta que no haya sentencia firme del Tribunal Supremo, después del recurso que presentó el propio Mas y de los recursos de la fiscalía. Podría suceder que tuviera una rebaja de un año, pero también que se mantengan esos dos años, y que comenzaran a contar cuando haya sentencia firme.
El Pdecat quiere tener futuro y eso pasa por el destierro definitivo de Artur Mas
En el caso de Gordó, el diputado asegura que podría iniciar una nueva andadura política al frente de la corriente interna que lidera en el Pdecat, y que, de forma paradójica, se llama Nova Convergència.
Gordó no es un diputado más. Fue ex conseller de Justicia, dirigente del llamado ‘piñol’ junto a Oriol Pujol Ferrusola y el propio Artur Mas. Hombre de las finanzas de Convergència, y el marido –tampoco eso es menor—de Roser Bach, vocal del Consejo General del Poder Judicial.
El Pdecat quiere tener futuro, y eso puede pasar por el destierro definitivo de Artur Mas, pasando también por el de Gordó.