El avance del coronavirus obliga a abortar la cumbre presencial de la UE
El Consejo Europeo anuncia que el encuentro se celebrará de forma telemática, después de que la incidencia acumulada se haya disparado un 34% en el continente en marzo
Los líderes de los principales países de la Unión Europea no podrán verse las caras de forma presencial la próxima semana. El repunte de la pandemia de coronavirus en el viejo continente ha forzado la modificación de la próxima cumbre del bloque comunitario que se tendrá que celebrar de forma telemática a través de una videoconferencia conjunta, en lugar de reunir en Bruselas a todos los jefes de Estado.
El presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, ha decidido este domingo dar marcha atrás y solicitar a los presidentes de los estados miembro que no se presenten el 25 y el 26 de marzo en la sede de Bruselas. Será la primera cita que vuelva a celebrarse a través de una pantalla desde mediados de 2020, cuando el continente sufría la peor fase de la primera oleada de coronavirus.
El portavoz de la Presidencia de la Comisión Europea, Barend Leyts, ha explicado que la razón del cambio en la cumbre responde al «repunte de casos en los estados miembros», pero ha indicado que Michel mantendrá su agenda de forma virtual. «Los detalles sobre logística seguirán en breve», ha remarcado.
Los líderes de la Unión Europea se citan en una gran cumbre de presidentes cada tres meses, aunque la situación excepcional provocada por la pandemia de coronavirus ha provocado que en el último año se hayan incrementado las videoconferencias adicionales para buscar una estrategia común contra la Covid-19.
La cuarta ola de coronavirus toma Europa
Las medidas de precaución de la Comisión Europea se han producido después del incremento generalizado de contagios que se han producido en el viejo continente durante el mes de marzo. En las últimas semanas, la incidencia acumulada ha crecido un 34% en la media de los países miembro. La cuarta oleada de casos positivos ya es una realidad.
La situación es especialmente preocupante en territorios como Francia, que ha vuelto a poner en marcha planes para confinar parcialmente a la población con el objetivo de frenar la sangría de contagios en el primer tramo del año. También ha adoptado medidas excepcionales Alemania, que ha echado por tierra sus planes de vuelta a la normalidad. Mientras que Italia ha declarado la alerta roja con duras medidas de confinamiento, cierre de comercios y de hostelería en varias regiones de cara a la próxima Semana Santa.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ya lanzó esta semana una dura advertencia a todos los países miembro de la Unión Europea para que no levantasen ahora sus medidas de contención contra el coronavirus. La amenaza de las nuevas cepas y el ritmo lento de vacunación todavía mantienen en jaque al bloque comunitario.
España no ha experimentado un incremento como el de Francia, Alemania o Italia. Sin embargo, en las últimas horas sí que se ha producido un estancamiento de la curva epidemiológica que ha despertado todas las alertas. Varias comunidades autónomas ya han comenzado a elevar de nuevo su ritmo de contagios, cuando aún no se ha logrado descongestionar las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de los pacientes que ingresaron en masa en enero.