El apoyo a la independencia naufraga en la recta final de las elecciones catalanas
El "sí" a la independencia de Cataluña cae al 44,5% a dos semanas de las elecciones del 14-F, según el CIS catalán
Desde que se convocaron las elecciones catalanas del 14-F, el pasado diciembre, el apoyo a la independencia de Cataluña ha descendido y sigue siendo superado por el rechazo a la ruptura, mientras ha incrementado la cifra de indecisos.
El 44,5% de los catalanes quiere que la comunidad se convierta en un Estado independiente, frente al 47,7% que quiere que siga perteneciendo a España. El 5,5% no sabe qué responder y un 2,3% elude la pregunta. Así lo concluye la enc<uesta electoral del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), publicada este viernes.
Los márgenes entre el «sí» y el «no» se han acortado desde el estudio que este mismo organismo de la Generalitat publicó en diciembre, cuando el apoyo a la independencia era del 45,1% y el rechazo del 49,9%. Entonces, los indecisos representaban un 2,9% y los que preferían no responder un 2,2%.
Control del Parlament sin respaldo social
Poco más de dos puntos separan al «sí» del «no», en favor de los primeros, cuando ya ha comenzado la campaña electoral y el independentismo insiste en que su meta es superar el 50% de los votos.
Un propósito que, según el CEO —organismo equivalente al Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) del Gobierno central—, no es posible ni por pasiva ni por activa.
Y es que la suma de la estimación de voto de los partidos independentistas también es tímida y se queda en un 48,9%. Esquerra Republicana, con el 22% de los votos, ganaría los comicios y conseguiría entre 34 y 35 escaños en el Parlament. Junts per Catalunya, con el 20,7%, tendría 32-34 diputados, mientras la CUP, con el 6,2%, duplicaría sus escaños hasta los 8.
Es decir, las formaciones independentistas aspirarían según este sondeo a una horquilla de 74-77 escaños, consolidando una mayoría absoluta pese a no superar el 50% de los votos ni mucho menos tener un respaldo separatista por parte de la mayoría de la ciudadanía. Incluso se hace posible el escenario de una mayoría absoluta sin la CUP, según qué horquilla.
La fragilidad del independentismo
La más reciente encuesta electoral del CIS catalán solo da una esperanza al independentismo: el mencionado control del Parlament que prevé el CEO. Por lo demás, el estudio deja claro que la retórica separatista tiene cada vez menos cabida en la sociedad catalana, y no solo por el citado rechazo a la independencia.
La mayoría de los entrevistados se siente tan catalán como español (el 39%), frente al 24,5% que se siente más catalán que español o el 23,7% que se siente solo catalán. Son más, eso sí, los que lamentan el nivel «insuficiente» de autonomía (el 56,3%), lo que no necesariamente se traduce en que crean que la única solución a esto sea separarse de España.
Mientras un 33,5% de los sondeados por el CEO creen que Cataluña debería ser un Estado independiente, un 26,5% preferiría que fuese un Estado dentro de una España federal, un 26% que siguiera siendo una comunidad autónoma de España, y un 6,7% que se rebajara a simplemente «región» española.
Aquí es donde ERC afronta un dilema existencial. Mientras todos los votantes de la CUP y el 94,6% de los electores de JxCat apuestan por la independencia, solo un 72,1% del electorado de Esquerra quiere lo mismo. Lo mismo sucede, a la inversa, con los comuns, que en un 71,4% rechazan la independencia pero en un 20,4% la apoyan.
El CEO desinfla las expectativas del PSC
Después de una seguidilla de encuestas favorables para el PSC, que cree que su candidato Salvador Illa puede generar un ‘efecto’ de desplome del independentismo, el CEO ha desinflado las expectativas de los socialistas catalanes. Según este sondeo, el exministro de Sanidad movilizará el 19,6% de los votantes, quedando así en la tercera posición.
Tampoco son halagüeñas las expectativas de pactos del PSC a la luz de esta encuesta. Esa estimación de voto le vale para aumentar considerablemente su representación en el Parlament, logrando entre 26 y 29 escaños. Pero este peso parlamentario es insuficiente para sortear un nuevo Govern con presencia del independentismo.
La horquilla del PSC hace imposible cualquier alianza con los partidos no separatistas y los socialistas catalanes quedan con una única opción en este escenario hipotético: pactar con ERC y los comuns y dar forma a un nuevo tripartito. Los hasta 35 escaños de los republicanos y los hasta 8 a los que aspira Catalunya en Comú-Podem sumarían mayoría absoluta.
La estimación del voto según el CIS catalán da a Cs el 9,6% de los votos y 12-13 representantes; al PP el 7% y 9 escaños; a Vox el 5,8% y 5-6 diputados, y al Pdecat el 2,3% pero ningún parlamentario. La participación según este sondeo sería del 62%, reflejándose así el ‘efecto pandemia’ en los comicios, en el tanto en las elecciones de 2017 votó casi el 80% del censo electoral.