Duran y Mas ¿quién dijo que había crisis?
El líder de Unió rechaza la existencia de discrepancias internas en CiU y busca el apoyo de otras fuerzas para pactar la pregunta de la consulta soberanista
Nadie mejor para ilustrar las vicisitudes de CiU que Julio Iglesias.
Aquello de la ‘vida sigue sigue igual”, se podría aplicar a la federación nacionalista, pese a los enormes cambios que han sucedido en los últimos años. Como ha ocurrido siempre –después de crisis como las desatadas entre Duran y Miquel Roca, o entre Duran y Jordi Pujol por la sucesión al frente de CiU– la crisis en la federación, por ahora, no llegara a mayores.
Las direcciones de los dos partidos, representadas en la ejecutiva conjunta de CiU, se han visto las caras este lunes por primera vez desde hace tres meses, después de las vacaciones del mes de agosto y la suspensión, en el último minuto, de la reunión que estaba prevista en septiembre.
Y, cuando se esperaba que Josep Antoni Duran Lleida explicitara sus discrepancias, o sus matices respecto a la estrategia de Convergència en el proceso soberanista, ha surgido el dirigente cauto que sabe muy bien lo que tiene entre manos: “No estoy de acuerdo que haya habido discrepancias públicas en nuestros discursos, en CiU no hay discrepancias”. Lo dicho, la vida sigue igual. Al más puro estilo de Julio Iglesias, Duran abandonaba la sede de Unió, lugar habitual de las ejecutivas de CiU. con la sensación de que puede seguir ganando tiempo.
La pregunta de la consulta
¿Matices? !Alguno hay, claro! Duran ha insistido en una cuestión. Antes de finalizar el año, CiU se ha comprometido con ERC a acordar la pregunta y le fecha de la consulta soberanista. Y se trata de algo trascendental, porque de ello depende que los republicanos entren en el Govern, y le ofrezcan una mayor estabilidad al Ejecutivo de Artur Mas, y, además, seria la salida que más desea Convergència i Unió para que los republicanos sean conscientes de la erosión que comporta la gestión de gobierno.
Pero Duran desea que esa pregunta y la fecha “se negocie y se acuerde, como mínimo, entre Convergència, Unió, ERC e ICV, como mínimo”. Esa insistencia si es marca de la casa, sí es el sello que quiere imprimir Duran, aunque también tendrá razón, si no ocurre, es que es la pretensión ‘oficial’ de la dirección de Convergència.
El propio conseller de Presidència, Francesc Homs, lo ha afirmado en público. Y es que a Duran es difícil cogerle en falso. Lleva muchos años siguiendo una misma estrategia, sutil, amparado en los medios de comunicación, llena de matices.
Si es de Homs, será bueno
Tampoco ha querido ir más allá sobre el informe del Govern en el que fijaba los incumplimientos del Gobierno central en 9.375 millones de euros. Duran mostró su disconformidad por no haber conocido antes el informe, pero este lunes ha insistido en unas afirmaciones que, a su juicio, los medios de comunicación olvidaron: “dije también que si el informe era del conseller Homs, se trataba seguro de un buen informe”. Por tanto, todo perfecto.
A partir de ahora, Duran ha asegurado que las relaciones con Artur Mas, que eran “mejorables”, serán más estrechas, y que los esfuerzos serán conjuntos para buscar esas complicidades con otras fuerzas políticas sobre la fecha y la pregunta de la consulta.
Precisamente, será el President Mas quien iniciará en los próximos días una ronda de contactos con el resto de partidos políticos favorables al derecho a decidir.
La pregunta a Rajoy, pactada con Mas
Otra de las cuestiones que quedan en el aire es la advertencia de Duran a Mariano Rajoy la pasada semana en el Congreso. Duran reclamó a Rajoy que tomara la iniciativa, porque lo que se avecina desde Catalunya es una declaración unilateral de independencia. Según Duran la pregunta a Rajoy la había “pactado con Mas”, en una reunión previa. Así que para el presidente de la Generalitat no fue ninguna sorpresa.
Todo ello contrasta con una interpretación posible y es que la ruptura entre Convergència i Unió está próxima. Para Duran, pero también para otros dirigentes de CDC, “es más lo que nos une que lo que nos separa”, y nadie quiere romper, antes de hora, la marca CiU.