El desencuentro de Sánchez y Feijóo aleja la posibilidad de pactos de Estado
El bloqueo a la renovación del CGPJ y la concepción de la economía desde visiones diametralmente opuestas encalla cualquier acuerdo posible entre los dos principales partidos
Fueron apenas quince minutos, pero lo suficientemente largos y clarificantes para evidenciar que la distancia política que existe entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, no sólo no disminuye con el paso de los días, sino que aumenta. La pregunta en la sesión de control con la que el presidente del PP se estrenó en el debate parlamentario, la primera vez que hace oposición desde 2009, fue el escenario perfecto para que los dos principales partidos políticos de nuestro país reflejaran cuál es su modelo y visión de España. Y, desde luego, no cabe el acuerdo. Al menos, en el medio plazo.
Aunque se cuidó el «tono», algo en lo que hicieron hincapié a Economía Digital fuentes de ambas formaciones, el PSOE esperaba «más» del PP, y viceversa. «No hay diferencia entre el PP de Pablo Casado y el de Feijóo», opinan desde el entorno de un ministro socialista. «Si el primer día nos dicen que la oposición estorba, pues sorprende», alegan en Génova.
En la mesa estaba la voluntad pública y la petición de ambos dirigentes de llegar a pactos y llevar a cabo una política «de Estado», pero el bloqueo a la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y la concepción de la economía desde visiones diametralmente opuestas encalla desde hoy cualquier acuerdo posible entre ambos. Porque el PP no piensa mover ficha con la justicia al menos hasta que pasen las andaluzas. Y los socialistas, que reclaman poder hacer avances con el órgano de gobierno de los jueces -cuyo mandato lleva vencido tres años-, no tienen en cuenta las propuestas populares para la economía: sencillamente, no van con ellos. Entienden la gestión desde otra óptica.
«Viene de economista, y mira»
La propuesta del PP, sobre la que pivota todo su nuevo liderazgo y que es el corazón de lo que llaman el modelo Feijóo , pasa por los números. Y el mensaje lo han dejado sobre la mesa, con la propuesta de un pacto para un plan anticrisis «que funcione», que Sánchez rápidamente rechazó. Pero en Génova están contentos puesto que han podido «colocar lo que queríamos y ejemplificar la alternativa».
Desde Moncloa han visto con ironía el fallo que ha cometido Feijóo en su intervención, donde ha confundido el dato de la prima de riesgo con los tipos de interés, y la ha puesto más de cien puntos por encima de lo que realmente marca. «Viene de economista, y en 120 segundos, mira», sonríen en conversación con este periódico. Aunque no es el punto central de su crítica. Sánchez marcó perfil y se afanó en desdibujar el panorama pesimista presentado por Feijóo, sacando pecho de su legislatura.
El presidente del Gobierno habló de la revalorización de las pensiones conforme al IPC, pero también de los 14 acuerdos con los agentes sociales o de la reforma laboral de la vicepresidenta segunda Yolanda Díaz. Hizo patente la distancia entre ambos con un rejonazo que abría una brecha insalvable entre los socialistas y populares -«Responda, ¿derechos sociales o retrocesos sociales? Ustedes con la palabra y con los hechos apuestan claramente por el retroceso social»-.
Un antes y después para el PP
Es más: presumió de haber llegado a acuerdos con agentes sociales y con todos los grupos en esta legislatura, a excepción del PP y de Vox. Y no se quedó ahí. También ahondó Sánchez en el único ofrecimiento de los últimos tiempos para cambiar un texto legislativo, y no uno cualquiera: la Constitución, en referencia a la eliminación del término «disminuidos» en el artículo 49 de la carta magna. Y ahí fue cuando le acusó de «estorbar».
Fue el antes y el después para los populares. Daban por hecho que el debate sería duro, pero el ser «insultados de nuevo» de nuevo marca una nueva época para ellos. Sobre todo porque desde la dirección del partido no creen que se circunscriba a una lógica electoralista, por la campaña para las elecciones andaluzas del próximo 19 de junio, sino que esa «condescendencia» es el tono habitual. «Esto era simbólico y podía abrir camino». Ya no.
«Nos quieren para los jueces, para todo lo demás tiene a Bildu», consideran desde Génova. Y no están dispuestos a ceder. No hay avance alguno en sus negociaciones entre Sánchez y Feijóo, como confirman desde el entorno del segundo, y esperan algún tipo de gesto hacia ellos. «Nuestra generosidad estaba ahí», alegan… pero no cambiarán de estrategia. Por ahora.