Desde los desencantados a los incendiarios: los que ya no irán a la ‘mani’ de la Diada
Independentistas decepcionados con el 'procés' independentista explican a Economía Digital los motivos para plantar a la ANC en su nueva demostración de fuerza en las calles
La manifestación independentista de este 2021 se prevé con un impacto mucho menor que años atrás. La pandemia y la desorientación independentista dejan atrás aquellos años en los que la ANC conseguía movilizar a la gente para hacer una cadena humana de punta a punta de Cataluña o formar una V gigante en Barcelona con los colores de la senyera.
Aunque la organización ha pedido al independentismo que vuelva a sumarse, desde la organización temen que este año pueda ser un pinchazo. Prueba de ello es que, por primera vez, la ANC ha suprimido las inscripciones previas, un método que años anteriores servía para repartir a la gente por tramos.
Algunas personas explican a Economía Digital los motivos por los que han decidido no asistir a la manifestación de este 11 de septiembre. Los motivos son varios: fatiga por un procés que parece no acabar nunca, críticas a los partidos y la ANC por su procesismo, o gente que no compra las exigencias unilateralistas de la entidad presidida por Elisenda Paluzie.
Oriol, 32 años: «La ANC defiende postulados unilateralistas»
Una de las personas que este año no asistirán a la Diada de Cataluña es Oriol, un joven catalán afincado en Barcelona: «No me siento interpelado, porque la ANC de ahora se ha convertido en una organización que defiende postulados unilateralistas». Aunque sigue siendo partidario de la secesión, insiste en que «su independentismo no es el mío».
«La ANC pretende que la manifestación sea un plebiscito sobre la mesa de diálogo, y me parece absurdo. Igual que otro planteamiento, que nos hemos autodeterminado con el 1-O y que lo único que tenemos que hacer es levantar la suspensión», lamenta el joven afincado en Barcelona.
El desencantado independentista considera que la «vía más fáctica» es la de conseguir un «referéndum que sea reconocido y legítimo», y que este tenga un consenso social altísimo -cifra en un 80%- o se lleve a cabo a través de un pacto con el Estado que permita una consulta legal: «El problema del 1-O es que fallaba su legitimidad».
Preguntado sobre la deriva de la ANC, ha lamentado que la otrora poderosa organización partidaria de la ruptura con España «se haya convertido en una cosa más pequeña por su planteamiento», y que únicamente represente a los «independentistas más convencidos». «Yo nunca llegué a militar en la Assemblea, pero entendía que tenía un papel movilizador importante«.
Gerard, 26 años: «Vuelta al ‘Peix al cove’ versión pringados»
Quien también plantará a la Diada será Gerard, un joven de 26 años que vive en la capital catalana. Los motivos que le llevan no asistir este año a la convocatoria de la ANC son contrarios a los de Oriol: exige a los partidos más acción directa y una defensa firme de la unilateralidad.
«Hay una nula voluntad de culminar el procés por parte de los dirigentes independentistas». Además, reprocha a las distintas formaciones políticas su «carencia de unidad», y un cierto «infantilismo, paternalismo e infantilismo sobre el votante y ciudadano». Además, considera que la ANC no ha ido a convencer de verdad a las zonas metropolitanas, y en castellano.
También, critica la «corrección política de los partidos independentistas», y lamenta que estos se han «encaminado hacia postulados autonomistas mucho menos ambiciosos que el practicado por treinta años de CDC. Peix al cove versión pringado, al que le robaban el bocadillo en el colegio, vamos».
Gerard exige a los partidos que vuelvan a la senda de la unilateralidad, y que abandonen la idea del diálogo con España. No solo eso, lamenta que el procés «se haya hecho de manera mediocre y abrazado continuamente a la extrema izquierda», a la vez que pide una purga en los Mossos para «limpiarlos de elementos españolistas«.
Marta, 26 años: «El momento ya ha pasado»
Quien también lamenta la decadencia del procés es Marta. Ella, que participó activamente en el referéndum ilegal del 1-O, se siente «engañada» por los dirigentes políticos. Rechaza la vía unilateral de la ANC: «No quiero una independencia a costa de una guerra, a costa de que la gente pierda la vida».
La joven catalana, que insiste en que ella sigue siendo independentista y que en caso de un hipotético referéndum legal y acordado con el Estado apoyaría la secesión de España, cree que se dejó perder la oportunidad que supuso el 1-O: «El momento ya ha pasado».
«Para mí, ir a la Diada simplemente significa seguir alimentando a la ANC, el comprar la camiseta –que yo nunca he comprado porque es una forma de sacar dinero– pero como políticas efectivas no se hace nada». «No sirve de nada, no se lo toman en serio y no hacen nada para que Cataluña sea un estado«.
«Yo realmente me lo creí. Pensaba que si habíamos llegado hasta ese punto es porque había algo preparado». También, ha lanzado críticas contra Puigdemont, al que le recuerda que no se puede ser «presidente desde Waterloo» y lo acusa de haber gestionado mal el tema: «Mas o Pujol pensaban en todos los catalanes, y catalán es quien vive y quien trabaja en Cataluña».
Joan, 26 años: «Es un acto más partidista»
«La ANC ha dejado de ser una asociación para convertirse en una extensión de los partidos que dominan en el procesismo», explica Joan, otro joven afincado en la capital catalana que este año ha declinado el asistir a la manifestación. El joven lamenta la pérdida de rumbo del movimiento independentista, que no sabe hacia dónde tirar.
«El Govern actual no representa los valores que pueden llevar a una independencia y tampoco representa los valores necesarios para conseguir un entendimiento con España», explica Joan a este medio. Ha lamentado que la Assemblea haya «secuestrado la Diada» para convertirla en un «elemento folklórico».
Cree que la manifestación que convoca cada año la entidad presidida por Elisenda Paluzie se ha terminado «imponiendo como una tradición» cuando en realidad no es nada más que «un acto partidista más». «No tiene nada de nacional, de lo que querría decir una Diada nacional».