Denuncia de chantajes en el CNI catalán
El exconseller de Interior Felip Puig sostiene que un técnico le ofreció un "trato económico" para no revelar fallos de seguridad
Los exconsejeros de la Generalitat Felip Puig y Ramon Espadaler negaron este lunes en la Audiencia de Barcelona el espionaje a correos de funcionarios por parte del Cesicat, organismo público responsable de la seguridad de las comunicaciones, también conocido por ‘CNI catalán’.
Puig y Espadaler declararon como testigos en el juicio que se sigue contra el expresidente del Cesicat, Carles Flamerich, y un técnico de este organismo, Xavier Panadero, por el presunto delito de revelación de secretos. La fiscalía pide para ambos una pena de cuatro años de prisión y ocho de inhabilitación.
Los dos exconsejeros echaron un capote a los responsables del Cesicat. Puig atribuyó el caso a “un problema personal” del denunciante, Albert Gabàs, un extécnico del Cesicat. Incluso indicó que, supuestamente, este último le ofreció “tratos económicos” para no denunciar el escándalo.
En síntesis, el caso se basa en el supuesto espionaje de correos electrónicos. Gabàs indicó que los mensajes que envió a los consejeros Puig y Espadaler, en los que advertía de fallos en la seguridad de las comunicaciones de la Generalitat, fueron leídos por los responsables del Cesicat. No solo leídos, sino que en algunas ocasiones incluso se le devolvió el acuse de recibido por parte de los responsables del Cesicat pese a que no eran los destinatarios.
Felip Puig echa un capote
En su declaración como testigo, Puig afirmó que dio su consentimiento a los responsables del Cesicat para que se crearan un “filtro” sobre los mensajes que recibía de Gabás. Afirmó que les había reenviado los correos que recibió de Gabàs. Reconoció haber almorzado con este técnico en 2013. Añadió que tuvo la impresión que este se sentía “agraviado”.
Xavier Gatius, director general de Seguridad cuando sucedieron los hechos, indicó que fue Flamrich quién implemento los filtros asesorado por el equipo de respuesta de incidencias, dirigido por Panadero.
Este caso fue archivado en su momento en base a un informe de los Mossos d’Esquadra en el que no advirtieron la existencia de ningún posible delito. Sin embargo, la fiscalía optó finalmente por presentar cargos contra Flamerich y Panadero. La defensa de estos mantiene que Gabàs intentaba recuperar su anterior puesto de trabajo. El juicio proseguirá este martes.