David Madí, la mano que mece el ‘procés’
David Madí, antigua mano derecha de Artur Mas, nunca abandonó la política porque siguió moviendo hilos del independentismo desde la sombra
David Madí abandonó aparentemente el primer plano de la política catalana en 2010, cuando Artur Mas llegó a la presidencia de la Generalitat, aunque siempre ha continuado participando en política desde la sombra.
Este miércoles, la Guardia Civil lo ha detenido por su presunta vinculación con el nacimiento de Tsunami Democràtic, el movimiento independentista que, en 2017, lideró las movilizaciones contra la sentencia del procés.
En la actualidad, Madí presidela compañía Aigües de Cataluña, filial de Global Omnium, que tiene como buque insignia a Aguas de Valencia. El principal accionista de este grupo valenciano es Eugenio Calabuig, que es el que fichó a Madí para liderar la filial catalana.
Madí ha sido asesor o administrador de destacadas compañías como Deloitte, Endesa o Applus+, pero incluso cuando estaba en el mundo empresarial siguió tirando de los hilos de la política. Se le situó en los núcleos de decisión o sanedrines independentistas que aconsejaron a los expresidentes Artur Mas, con motivo de la consulta del 9-N de 2014, o a Carles Puigdemont, en el referéndum del 1-O de 2017.
Ahora la Guardia Civil lo ha detenido por su supuesta relación con Tsunami Democràtic y por la financiación de Puigdemont en Bélgica junto a destacados empresarios independentistas como Xavier Vendrell (exconsejero de la Generalitat por ERC durante el tripartito), Oriol Solé o Josep Lluís Alay. El titular del juzgado de instrucción número uno de Barcelona, Joaquín Aguirre, ordenó este dispositivo.
No es la primera vez que Madí se encuentra con problemas judiciales. Hace tres años, la Fiscalía pidió para Madí una pena de dos años y medio de prisión y una multa de cerca de 400.000 euros por una presunta trama de facturas falsas relacionada con Tricom, una productora televisiva que realizaba programas para TV3. Sin embargo, las acusaciones se diluyeron.
Hijo de una buena familia
Madí es el nieto de Joan Baptista Cendrós (1916-1986), fabricante de la conocida loción de afeitado Floïd. También es sobrino de Carles Colomer, presidente del grupo de cosmética Colomer. Desde que nació, tuvo su vida solucionada. Muchos de los que han tratado con él aseguran que, por tener las espaldas bien cubiertas, entró en política como una diversión. Y se divirtió de lo lindo.
En 1996, con solo 25 años de edad, se convierte en el primer escudero de Artur Mas todavía con Jordi Pujol al frente de la Generalitat. Madí fue un inseparable de Mas como jefe de gabinete en su etapa de conseller de Economía y también como conseller en cap.
En el último mandato de Jordi Pujol, fue nombrado nombra Secretario de Comunicación de la Generalitat, con mando sobre las subvenciones a los medios de comunicación y sobre las encuestas que encarga el gobierno catalán. Precisamente, dimite de este cargo por una polémica política sobre la cocina de estas encuestas.
Destacado miembro del ‘pinyol’ convergente
Formó parte del llamado pinyol o núcleo duro de Convergència junto con Oriol Pujol Ferrusola, condenado por el caso ITV; Francesc Homs, condenado por el 9-N; o Germà Gordó, investigado por las tramas del 3% sobre la financiación ilegal del partido.
Cuando los gobiernos tripartitos de Pasqual Maragall y José Montilla llevan a los convergentes a la oposición, Madí se convierte en el portavoz de Convergència y en director de las sucesivas campañas electorales de Artur Mas.
Finalmente, consiguió llevarle a la presidencia de la Generalitat en las autonómicas de 2010. Poco después anunció que dejaba la política para dedicarse a la empresa. Aunque lo cierto es que nunca dejó de maniobrar entre los bastidores de la política.
Entonces constituyó la consultora Nubul Consulting, con despacho en el paseo de Gracia de Barcelona. Formó parte de destacados consejos asesores, así como de las más preciadas juntas de la escena cultural catalana: Teatre Nacional de Catalunya, Gran Teatre del Liceu, Palau de l Música o del Museo Picasso. También preside la Fundció Casa Cresques, que fomenta las relaciones entre Cataluña e Israel.
Por sus relaciones con el mundo convergente, pasó por Deloitte, Endesa o Applus+, aunque acabó saliendo por la puerta de atrás cuando su partido se escoró a posiciones independentistas. Recientemente, fue repescado por el grupo de aguas de la familia Calabuig. Una de sus últimas decisiones fue crear un consejo asesor de Aigües de Cataluña presidido por Joan Puigcercós, exlíder de ERC.
Este hombre de buena familia siempre ha sido un activista del independentismo. En su etapa universitaria, estuvo al frente de la Federació Nacional d’Estudiants de Catalunya (FNEC), después tuvo papeles relevantes en la Crida a la Solidaritat o en Acció Olímpica, creada con motivo de las Olimpiadas de Barcelona de 1992 para proyectar las reivindicaciones nacionales catalanas en el mundo.