La CUP convoca una manifestación contra la mesa de diálogo frente a la Generalitat

Los anticapitalistas protestan para "rechazar la represión continuada del Estado" ante un órgano entre gobiernos que califican de "vía muerta"

La diputada de la CUP y candidata en las pasadas elecciones del 14-F, Dolors Sabater, durante una rueda de prensa / EFE

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La CUP, socios externos de ERC y el Govern, rechazan la mesa de diálogo de Pedro Sánchez. La formación liderada por Dolors Sabaté en el Parlament ha decidido llevar su rechazo por este órgano ante el Palau de la Generalitat, donde se reunirán Pedro Sánchez y Pere Aragonès, y las delegaciones de los dos partidos.

Los anticapitalistas han convocado la manifestación a través de las redes sociales, para denunciar que la mesa de diálogo es una «vía muerta», y también para «rechazar la represión continuada del Estado». El partido añade presión a Aragonès, tocado tras el plante de Junts a última hora ante su negativa de nombrar consellers.

«Para la CUP, la indefinición y la falta de horizonte de la parte catalana y la negativa del Gobierno de abordar la cuestión nuclear del conflicto, que es la amnistía y la autodeterminación, invalidan este espacio. Se constata el fracaso antes de empezar», han explicado los anticapitalistas.

Mesa de diálogo y CDR condenados por terrorismo

La protesta se convoca justo después de que la Audiencia Nacional haya procesado a trece presuntos miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR), que estaban vinculados a la Operación Judas. La Fiscalía pidió esta acusación y el magistrado siguió el mismo criterio. Nueve de ellos están imputados por tenencia, depósito y fabricación de explosivos de tipo terrorista.

La manifestación se produce en horas bajas para Pere Aragonès. El presidente de la Generalitat asistirá a una delegación solo acompañado de dos consellers, ambos de ERC. Junts per Cataluña, que propuso a los indultados Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, se acabó por autodescartar de la mesa entre acusaciones de un supuesto veto a Moncloa.

La CUP pactó con ERC un margen de dos años para que la mesa de diálogo pudiera desarrollarse y dar los frutos esperados, pese al escepticismo de los anticapitalistas. Si transcurrido ese periodo no habían conseguido amnistía y autodeterminación, el Govern empezaría a desarrollar un nuevo «embiste» contra el Estado.

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