¿Cuánto cuesta una campaña electoral?
Governació se ha puesto en marcha con el objetivo de reducir para el 25-N la partida de 20,4 millones de euros que costó en 2010
Unos 20,4 millones de euros. Este fue el coste de la campaña electoral de las autonómicas de 2010, después de que el anterior Gobierno, que presidió el socialista José Montilla, hubiera reducido el presupuesto respecto a los comicios de 2006.
La intención en las últimas campañas ha sido la de ir ahorrando dinero, de forma constante, ante la idea generalizada de que las campañas electorales acaban siendo caras para el contribuyente.
Ahora, la decisión del presidente Artur Mas de anticipar las elecciones para el 25-N, sólo dos años después de la última convocatoria, ha encendido todas las alarmas en el departamento de Gobernació.
Una de las paradojas es que este coste, de unos 20 millones de euros, para la campaña electoral, es la misma cantidad que el Servei Català de la Salut (CatSalut) ha logrado ahorrar con el pago de un euro por receta.
Efectivamente, desde que se pusiera en marcha la medida, en junio, y hasta el 1 de septiembre, ha recaudado 20 millones de euros.
Sin un euro previsto
La próxima semana y haciendo uso del reglamento del concurso de urgencias con los proveedores, Gobernació comenzará a preparar la campaña.
La cuestión es que no tiene ni un euro, porque los departamentos de Gobernació tienen un presupuesto para ello cuando se considera que entra en un año electoral.
Así, el tripartito tenía presupuestado para 2010 unos 28 millones de euros para la campaña electoral. La decisión de agotar la legislatura por parte del presidente Montilla no ofrecía ninguna equívoco. Las elecciones debían convocarse a lo largo del 2010.
Ahora, Gobernació, que dirige la consellera Joana Ortega, necesita una partida extraordinaria, que deberá solicitar al departamento de Economía.
Falta de liquidez
Y el departamento que dirige el consejero Andreu Mas-Colell acaba de recibir un primer tramo, de 400 millones de euros, del préstamo de 5.023 millones que ha pedido al Fondo de Liquidez Autonómico, ante la dificutad de la administración catalana para poder gestionar el día a día hasta finales de año.
La maquinaria deberá ponerse en marcha justo esta semana, cuando el presidente Mas firme el decreto de convocatoria de las elecciones.
Fuentes de Gobernació aseguran que lo más urgente es la campaña para informar sobre el censo, para que todos los catalanes puedan votar y no tengan sorpresas de última hora.
¿Incentivar el voto?
Una de las cuestiones que debe decidir el Gobierno es si incluye una campaña informativa para incentivar la participación, que en esta ocasión, con unas elecciones de gran trascendencia porque se ha decidido en el Parlamento que en la próxima legislatura se convoque un referéndum autodeterminación, podría estar justificada.
Gobernació no sabe aún si lo encargará, porque el objetivo es «reducir el coste de la última campaña de 2010».
En aquella ocasión, la campaña para incentivar el voto costó 1,2 millones de euros.
En los comicios de 2006, el tripartito intentó lanzar una campaña de publicidad en televisión para aumentar la movilización, pero la Junta Electoral consideró que no era adecuada. En cambio, la autorizó en 2010.
La Generalitat, por tanto, debe encargar esta campaña informativa, si la hace, que se unirá a la campaña sobre el censo y la del voto por correo.
Reducción de presupuesto
Gracias a un esfuerzo provocado por la crisis, el tripartito redujo de 28 a 26 millones de euros el presupuesto de la campaña electoral. Pero, posteriormente, pudo ahorrar 5,6 millones, con lo que el coste final fue de 20,4 millones.
Principalmente, se pudo lograr este ahorro por la «optimización del dispositivo electoral», como se recordó entonces, el buen funcionamiento de una nueva aplicación informática de gestión electoral (SGE) y la incorporación de tecnología de la información y la comunicación.
Dinero para los partidos
Pero, y aquí siempre se provoca una gran discusión, en los 26 millones que se presupuestaron figuraron las subvenciones a los partidos políticos que se presentaron a las elecciones. No se cuentan las campañas de cada partido, que, por ley, tienen un límite de 3,5 millones de euros.
A falta de comprobar cómo actualiza los datos Gobernació, en 2010, los partidos catalanes cobraron 20.127 euros por escaño obtenido, un 9,2% más que en los comicios de 2006.
Por el voto adicional a cada escaño, se les abonó 0,76 euros, mientras que para los gastos de buzón recibieron 0,21 euros por sufragio obtenido. Pero sólo se beneficiaron de esta última partida las candidaturas que formaron grupo parlamentario.
Los partidos, sin embargo, reciben el 90% de la ayuda como anticipo. Y, en función de los resultados, deberán pagar o cobrar del Gobierno.
Y aquí sí que puede haber sorpresas. ¿Quién romperá por encima o por debajo de las previsiones que estime el Gobierno?