CSIF acusa a Colau de «socavar el principio de autoridad» de la Guardia Urbana
El sindicato mayoritario de la policía local exige la reapertura del ocio nocturno para evitar botellones y fiestas ilegales en pisos
El sindicato CSIF, el mayoritario en el comité de empresa de la Guardia Urbana, ha criticado que el Ayuntamiento haya sometido al cuerpo policial a un profundo desprestigio como consecuencia de su falta de apoyo político, así como de privarlos de equipamiento y relaciones humanas.
«Este gobierno de Podemos –Comuns– y PSC nos dificulta aún más llevar a término nuestro cometido, debilitando así el sistema público de seguridad, que con ello a quien más perjudica es a los ciudadanos», denuncia el sindicato policial a través de un comunicado.
Exigen que se cumpla la ley
El sindicato recuerda que la falta de apoyo pone en riesgo su integridad física: «Cuando llevamos a término nuestro cometido para hacer cumplir las normas; desalojar las calles, los parques, las plazas, somos recibidos con lanzamientos de objetos contundentes que nos pueden provocar lesiones muy graves».
Recuerdan el caso de Rodrigo Lanza, el joven que terminó condenado tras una brutal paliza a un hombre que llevaba unos tirantes con la bandera de España, al que se le acusó previamente de haber agredido a un agente que tras permanecer en coma quedó tetrapléjico. El ayuntamiento defendió la versión del agresor: todo era un supuesto montaje policial.
«Los poderes públicos y los empleados públicos, estamos sometidos al imperio de la ley, para hacer cumplir el ordenamiento jurídico bajo el escrupuloso principio de legalidad. Esta es una cuestión que las personas que lideran los diferentes niveles de las Administraciones (local, autonómico y estatal) deben de entender que es así».
Apertura del ocio nocturno
El sindicato policial ha sido muy duro con la mala gestión que ha hecho Colau del espacio público durante las restricciones: aglomeraciones, beber en las calles y demás trifulcas que contravienen las medidas para frenar la pandemia. Además, critican la pasividad del concejal de seguridad, Albert Batlle, que aseguró que se tenían que «socializar los botellones».
Recuerdan que este tipo de prácticas fomentan el «tráfico de drogas, el consumo, las agresiones sexuales y violaciones, los delitos contra las personas –hurtos, robos con fuerza y violencia– peleas multitudinarias con armas blancas, delitos contra la propiedad tanto privada como pública». Además, es una práctica que alimenta a la crecida del contagios.
Desde CSIF defienden que el ocio nocturno ha de abrir: «Hay más control y menos transmisión en el ocio nocturno que en los locales». El sindicato recuerda que en la vía pública o en pisos y locales privados «donde se hacen fiestas ilegales», nadie cumple con la normativa, y hace que sea de mayor riesgo.