Criterios dispares y preguntas trampa: así es la prueba para obtener la nacionalidad española

El nuevo test para otorgar la nacionalidad carece de criterios claros e induce a equivocaciones

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«¿Cuál es el máximo exponente del modernismo español?» Así, sin mayor detalle, sin especificar si se trata de literatura, pintura o arquitectura, los chinos, ecuatorianos y paquistaníes que se han presentado en los últimos exámenes para obtener la nacionalidad española tuvieron más dudas de las normales. ¿Será Antonio Machado o Antoni Gaudí? ¿O tal vez hay un error de redacción en la prueba y se trata del nicaragüense Rubén Darío, considerado como el máximo representante del modernismo en español?

Los nuevos exámenes para obtener la nacionalidad española generan polémica en cada presentación. Contienen preguntas amplias y genéricas en las que caben muchas respuestas. «¿En qué año murió Franco y qué pasó después?», fue una de las últimas preguntas en las pruebas a las que ha tenido acceso este medio.

Alta conflictividad

Hasta ahora, ninguna norma regula la prueba para obtener la nacionalidad española. Aunque el examen tampoco está prohibido, los abogados y expertos en extranjería se quejan de que no existe una normativa clara para desarrollar este examen vital para miles de inmigrantes que aspiran ser ciudadanos de pleno derecho.

En la prueba no se especifica la cantidad de puntos que debe obtener el aspirante, ni la cantidad de preguntas que puede fallar ni si quiera cuánto vale cada respuesta. Algunas de las preguntas, que llegan a inducir a error, han terminado en los juzgados. «¿Qué río atraviesa Zaragoza y Barcelona?», ha sido una de las últimas preguntas que sugiere una respuesta falsa.

Muchos aspirantes que no han pasado la prueba han llevado el nuevo requisito a los juzgados. El Tribunal Supremo ya ha dictado jurisprudencia al advertir que un aspirante a la nacionalidad analfabeto no puede ser discriminado por esta razón. Es decir, el hecho de que desconozca buena parte de las preguntas y que sea incapaz de realizar la prueba escrita no es motivo suficiente para la denegación de la nacionalidad.

El examen ha dejado una alta conflictividad que el Gobierno intentará reducir con un Real Decreto a través del cual se prevé que el Instituto Cervantes se haga cargo de unos criterios claros y homogéneos en las pruebas que a veces preguntan por los postres de una comunidad autónoma y otras por los afluentes de los principales ríos.

El ejemplo del norte

El Consejo General del Poder Judicial ha instado al Gobierno a «concretar los elementos esenciales» de conocimientos de lengua y cultura española que deben contener las pruebas. El órgano de gobierno de los jueces españoles reclama una regulación concreta como la que se aplica en países con más tradición migratoria como Estados Unidos, Reino Unido y Francia.

Los aspirantes a la nacionalidad se quejan de falta de guías, de manuales y de criterios como en esos países de mayor experiencia en inmigración.

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