La Covid-19 cuadruplica en agosto los registros de hace un año
La variante Delta y la movilidad juvenil han provocado que las cifras se cuadrupliquen con respecto a agosto de 2020: “De no haber vacunas, estaríamos hablando de un colapso sanitario”
La quinta ola de coronavirus empieza ya a remitir de forma clara tras mes y medio de escalada. Esa tendencia se ha reflejado a finales de esta semana, con una IA por debajo de los 500 casos. No obstante, al comparar los primeros 10 días de agosto de este año con respecto a 2020, el hallazgo es preocupante: los datos de contagios y muertes se han cuadruplicado.
Hace un año, en los primeros 10 días de agosto se registraron 34.158 contagios nuevos –de los 288.522 del 31 de julio a los 322.980 del día 10-, y se notificaron 131 nuevas muertes por coronavirus durante esos días.
La incidencia acumulada, además, subió 33,10 puntos, pasando de 57,46 casos por cada 100.000 habitantes a 90,56. Unas cifras, en todo caso, que nada tienen que ver con las registradas en los primeros 10 días de agosto de 2021.
Así, Sanidad situó la IA el viernes en 462,23 casos por cada 100.000 habitantes, aunque la cifra fue superior el pasado 10 de agosto: 528. La tendencia, al menos, es a la baja, porque según el último informe de julio se situaba en 673,52 casos.
Además, en los mismos 10 días de agosto de este año, se han registrado 140.467 nuevos contagios –de 4.502.983 el 30 de julio a 4.643.450 el 10 de agosto- y 584 muertes.
El escenario de agosto de 2020…
Para entender por qué las cifras de contagios y de muertes se han disparado en estos primeros días de agosto con respecto al mismo periodo del año 2020, Economía Digital ha contactado con José Antonio López Guerrero, director del grupo de Neurovirología del Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid.
El virólogo explica que los datos de agosto de 2020 y 2021 no son comparables porque hay importantes diferencias entre ambas subidas.
La primera de ellas tiene que ver con el fin de las restricciones de cada uno de los casos. El año pasado, el estado de alarma decayó el 21 de junio, mientras que en 2021 lo hizo el 9 de mayo. Lo hizo, además, con una serie de decisiones que no se adoptaron hace un año, como la reapertura del ocio nocturno.
En ese sentido, López Guerrero recuerda que «en 2020 veníamos de un confinamiento estricto que rebajó la IA por debajo de 10 casos por cada 100.000 habitantes”.
No había vacuna y todo estaba limitado a las medidas de restricción y a la responsabilidad individual de cada uno
José Antonio López Guerrero
Entonces, destaca el virólogo, “no había vacuna y todo estaba limitado a las medidas de restricción y a la responsabilidad individual de cada uno”. Pese a ello, los mensajes triunfalistas –entre ellos el del presidente del Gobierno- provocaron una “relajación ciudadana” que provocó la segunda ola.
Esa ola, en todo caso, estaba en el inicio de la crecida en agosto del año pasado: “Entonces, se alcanzó una incidencia acumulada de 90 casos, pero luego subiría mucho más”. Ya en otoño, se sobrepasó la barrera de los 200, la antesala de un nuevo estado de alarma.
… y el de agosto de 2021
En la actualidad, destaca López Guerrero, «tenemos a un gran porcentaje de la población vacunada, pero no se han tomado las medidas adecuadas para reducir la expansión del virus”.
En ese sentido, el virólogo echa en falta de coordinación para sacar adelante un plan de contingencia y echa en cara a las administraciones que “no hayan tomado medidas como el incremento de test, analizar las aguas residuales, y el rastreo y apoyo a la sanidad primaria”.
Un gran porcentaje de la población no vacunada, con mucha movilidad y joven, haya sido el artífice de la gran quinta ola
José Antonio López Guerrero
Esto ha provocado que «un gran porcentaje de la población no vacunada, con mucha movilidad y joven, haya sido el artífice de la gran quinta ola”.
La edad media de los afectados, añade, “ha bajado varias décadas con respecto a las anteriores olas”. Y esto, “con un desfase de varias semanas”, ha llevado a “un incremento de las hospitalizaciones, UCI y fallecimientos”.
“Sin vacunas, estaríamos hablando de colapso sanitario”
El virólogo afirma que las cifras de agosto de 2021 son muy llamativas «si las comparamos en términos absolutos al mismo periodo de agosto del año pasado”. No obstante, añade, “la situación es mejor por el número de vacunados que tenemos actualmente”.
“Dicho de otra forma: con las incidencias acumuladas que tenemos actualmente, en un escenario de 2020, sin vacunas, estaríamos hablando de colapso hospitalario«, afirma tajante José Antonio López Guerrero.
El director del grupo de Neurovirología del Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid destaca, eso sí, que “la subida paulatina de un sector de la población de menor edad ha llevado a tensionar la atención primaria y a un incremento de los ingresos hospitalarios y en UCI”.
Añade, además, que “el virus permea en la sociedad con incidencias superiores a 600 casos” y eso afecta también a personas no vacunadas o “personas mayores que bien reusaron la vacunación o que tienen patologías que les provocan inmunodeficiencia”. Todo un cóctel que provoca un incremento de casos tanto en vacunados como en no vacunados.
La movilidad y la variante Delta, claves
López Guerrero afirma al “factor humano” como una de las claves del incremento de la incidencia: «La mayoría de ingresos en UCI y en hospitales es de gente no vacunada o que no se ha querido vacunar.
Además, «la mayor movilidad y el relajamiento de las medidas también ha provocado un mayor número de contagios”.
En todo caso, la aparición de las nuevas variantes ha sido también muy determinante: «La Alpha ya tenía hasta un 60-70% más de transmisibilidad que la variante originaria de Wuhan. Y la Delta puede llegar a tener una productividad de virus hasta 1.000 veces superior a la de Wuhan y es un 60% más transmisible que la Alpha”.
La variante Delta, avisa el virólogo, «es capaz de permear en toda la población, incluidos los vacunados”.
López Guerrero recuerda que la cepa india “ha mostrado ser más resistente a la inmunidad de las vacunas existentes”. No obstante destaca que todas las existentes a día de hoy «siguen siendo perfectamente válidas» para combatir el virus.