Madrid quiere sumarse al veto a los fumadores en bares y terrazas
Madrid se suma a Andalucía, Castilla-La Mancha y Castilla y León y avanza que estudia si legalmente es viable aplicar la limitación
Madrid se ha sumado este jueves al grupo de comunidades como Andalucía, Castilla-La Mancha o Castilla y León, que han avanzado que estudian prohibir fumar en la calle si no se puede garantizar la distancia social para evitar posibles contagios por coronavirus, tal y como aplica Galicia desde este jueves.
El presidente en funciones gallego, Alberto Núñez Feijóo, explicó este miércoles que la medida se ha tomado en recomendación del comité sanitario de expertos que asesora a la Xunta debido a los continuos rebrotes que asolan la comunidad. Esta misma semana se llegó a sobrepasar incluso la barrera de los 700 contagios diarios. El consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruíz Escudero, ha apuntado este jueves que la comunidad estudia si legalmente es posible aplicar la limitación que estrena Galicia a la comunidad madrileña.
La prohibición en Galicia se aplica en cualquier espacio público, «sin ninguna limitación», según Feijóo, y se extiende también a las terrazas siempre y cuando no se pueda garantizar la distancia mínima de dos metros y medio que recomienda el Ministerio de Sanidad.
Siguiendo este ejemplo, varias comunidades ya estudian activar la misma restricción en sus respectivos territorios. Sobre todo aquellas en las que el número de contagios está volviendo a repuntar.
Sanidad notificó este miércoles 3.172 nuevos casos -un repunte de 1.690 diarios hasta acumular 329.784 desde el comienzo de la pandemia- siendo Madrid la región con la cifra más alta, 654 en las últimas 24 horas. Le siguen Aragón con 306 nuevos positivos, País Vasco (268), Andalucía (202) y Cataluña (200).
Otras medidas que estudian las comunidades
Según explicó la conselleria de Sanidade de la Xunta de Galicia, la prohibición de fumar se ha estipulado debido a los riesgos que incluye la práctica de este hábito, que incluye la manipulación de la mascarilla o el contacto de los dedos con la boca y otros utensilios.
Además de esta resitrcción, muchas comunidades están planteando no solo activarla, sino también incorporar otras como el control en los propios domicilios de los casos positivos, cribados masivos o volver a restringir las visitas a las residencias.