Descontrol del Gobierno: tres CCAA pelean por el material sanitario
El frente accidental de Torra, Ayuso y Moreno acusan a Illa requisar y frenar los productos que compran las autonomías para protegerse contra el coronavirus
El desabastecimiento de mascarillas y material que forma parte de los equipos de protección individual (EPI) –usado por médicos y enfermeros para protegerse del contagio al atender a los pacientes con coronavirus— ha generado un auténtico revuelo entre el gobierno y algunas comunidades autónomas, que acusan al Ejecutivo de Pedro Sánchez de impedir que lleguen pedidos de material a sus hospitales.
El gobierno centraliza las compras de suministros desde del día 12, pero las comunidades autónomas buscan proveerse de forma paralela por sus propios medios. La discordancia entre autonomías y Estado ha convertido al gobierno de Cataluña en aliado accidental de Madrid y Andalucía. Los Ejecutivos de Torra y Ayuso han sido los primeros en denunciar que Sánchez paraliza en las aduanas envíos de material con destino a su sistema sanitario.
La incertidumbre desde el decreto ley de declaración del estado de alarma se cierne sobre el sector de distribución de material sanitario, que suele ser importado. El Ministerio de Sanidad puede requisar todas las mascarillas, gafas, guantes y batas que encuentre en cualquier factoria o almacén. Cualquier cargamento de equipos sanitarios puede ser requisado en las fronteras, y eso ha frenado toda la actividad de importación según publica El País.
¿Desabastecimiento hospitalario?
Profesionales del sector y expertos critican la forma en la que Sanidad ha organizado la recogida del material. El profesor de los de logística y transportes de la UOC, Eduard Álvarez Palau, ha explicado al mencionado medio que hubiera sido «más sensato establecer otro tipo de mecanismo de intervención». El experto cree que hubiera sido más sensato «pedir a los mayoristas de productos que enviasen todo el material a uno o varios almacenes intervenidos”.
«Si actúas sobre el mercado generando incertidumbre y expropiando recursos empresariales, la respuesta es el desabastecimiento, especialmente en el muy corto plazo», explica. El profesor de la UOC augura que “es probable que todo empiece a funcionar de nuevo, dentro del nuevo escenario”. Los primeros reproches llegaron de Andalucía, cuando la Guardia Civil requisó 150.000 mascarillas en una empresa de Jaén, la única productora nacional esta protección quirúrgica, cuyo mejor cliente es la Junta para abastecer sus hospitales públicos.
Las críticas han llegado también desde Madrid y desde Cataluña. Isabel Díaz Ayuso ha asegurado que no han llegado mascarillas a su comunidad en 48 horas, y ha acusado al gobierno de tener «retenido en las aduanas material de todo tipo». Entre este material estaría también el “más preocupante”, ha asegurado, el que sirve para convertir las camas de hospitalización en camas de cuidados intensivos (UCI).
Alba Vergés también se ha apuntado a la polémica, al acusar al Ministerio que dirige Salvador Illa de paralizar los pedidos de mascarillas y otro material destinado a Cataluña. La consellera de Salud insiste en que las comunidades deben de poder comprar material por ellas mismas, algo que desde el Ejecutivo de Sánchez aseguran que es perfectamente posible. El ministro de Sanidad ha evitado la confrontación: «No voy a entrar en ningún tipo de discusión pública con ningún representante político. Estoy cien por cien enfocado en vencer al virus”.