Los alumnos aprobarán el curso con las tareas digitales desde casa
El Consejo Escolar del Estado trasladará sus peticiones al Ministerio de Educación y pretende limitar la repetición a casos “realmente extraordinarios”
El cierre de los colegios a causa de la pandemia de coronavirus y el estado de alarma ha marcado el curso de 8,2 millones de estudiantes, que actualmente deben realizar sus tareas de forma telemática. Ante el alargamiento de las medidas de cuarentena y teniendo en cuenta que se espera que los colegios sean los últimos lugares en abrir sus puertas, el Consejo Escolar del Estado ha aprobado que las actividades que los alumnos realizan en casa desde que se decretó el estado de alarma cuenten como evaluación.
A pesar de tratarse del máximo órgano consultivo en materia educativa del Gobierno, deberá contar con la aprobación del Ministerio de Sanidad para que finalmente se lleve a cabo la evaluación de este modo. El objetivo principal es que los alumnos “no se relajen” y se tomen en serio las tareas desde casa a pesar de no asistir de forma presencial al aula.
El Consejo quiere limitar los casos de repetición por parte de los estudiantes a los “realmente extraordinarios”. Sin embargo, ha rechazado una propuesta del colectivo de estudiantes Canae que pretendía cambiar la normativa para que ningún estudiante repitiera curso por la pandemia. La iniciativa solo tendrá en cuenta a aquellas familias que dispongan de los medios tecnológicos necesarios para que los alumnos puedan realizar dichas tareas. Los docentes, en los casos en que se pueda, harán seguimientos personalizados para la evaluación.
La decisión ha sido apoyada por la mayoría del Consejo, que significa los 19 representantes del organismo. En éste se incluyen las comunidades autónomas, sindicatos de enseñanza, patronales, organizaciones de padres de alumnos y estudiantes, que han participado en la votación del documento de medidas urgentes para abordar la crisis escolar con motivo de la Covid-19.
El texto con un gran número de propuestas al que ha tenido acceso El País, llegará al Ministerio de Educación este miércoles para ser evaluado. A su vez se realizará una reunión telemática con los consejeros autonómicos para acercar posturas sobre cómo gestionar la situación.
Son medidas diferentes a las aprobadas por Italia, donde el Gobierno ha establecido por decreto ley aprobar a todos los alumnos independientemente de las notas obtenidas para evitar que ningún alumno se quede atrás. A pesar de ello, se prevé que en el país transalpino comience el posterior curso con algún retraso por tener que dedicarles los primeros meses a aquellos alumnos más rezagados para que puedan ponerse al día.
Una selectividad más flexible
Los profesores españoles no están del todo de acuerdo con las medidas italianas. Así lo expresa Pilar de los Ríos, directora de un instituto público de Madrid: “Puede suponer que llegue sobrecargado al nuevo curso si se hace un aprobado generalizado; los profesores tenemos un criterio válido para decidir qué conviene en cada caso”, explica.
Sobre los contenidos, el Consejo ha aprobado que no se debe avanzar en los programas académicos, y el trabajo debe centrarse en “el repaso y afianzamiento” de lo dado hasta abril en Primaria. Los alumnos que tendrán mayores complicaciones serán los de Secundaria y Bachillerato, que tienen que enfrentarse próximamente a la Evau —la antigua Selectividad—. Los contenidos en referencia a éstos se discutirá en una nueva reunión telemática convocada el próximo 5 de mayo.
Lo que prevé el Ministerio de Educación y las autonomías es que la Selectividad sea este curso más flexible para garantizar que lo que se pregunta se ha visto en clase. En cuanto a las evaluaciones del tercer trimestre afectado por el coronavirus, el Consejo ha aprobado que, si el alumno obtiene una nota positiva en una asignatura concreta, ese aprobado se extienda de forma automática a los dos trimestres anteriores aunque se hubieran suspendido.
Sobre la posibilidad de prolongar las clases a julio, el Consejo lo ha rechazado por mayoría, y propone que mantengan los calendarios escolares aprobados anteriormente por las comunidades.