El ‘Fernando Simón’ chino contradice a la OMS con el uso de mascarilla
El líder de la respuesta de China al coronavirus y uno de los primeros en secuenciar la enfermedad afirma que es un "gran error" no usar mascarillas
La Organización Mundial de la Salud (OMS) —y por consecuencia el resto del mundo Occidental— no recomienda el uso de mascarillas como medida de prevención ante el nuevo coronavirus, pese a que es prácticamente imposible ver imágenes de países asiáticos en los que la población salga a la calle sin usar esta protección. Este mismo fin de semana, el organismo internacional insistió en rebajar la importancia de la mascarilla, amparándose en un estudio científico que señala que el Covid-19 no se transmite por el aire. La OMS pidió, en general, hacer un «uso racional» de este utensilio.
El contraste en la relación con la mascarilla de China con respecto a la Unión Europea y Estados Unidos es impresionante. Lo anotó el filósofo surcoreano radicado en Alemania, Byung-Chul Han, en un ensayo publicado el pasado 22 de marzo en El País: «En Corea lo ponen verde a uno si no lleva mascarilla. Por el contrario, en Europa se dice a menudo que no sirven de mucho, lo cual es un disparate. ¿Por qué llevan entonces los médicos las mascarillas protectoras?», se preguntaba, señalando que, por ejemplo, en los supermercados «las mascarillas protectoras salvarían realmente vidas humanas».
No lo dice solo un filósofo. Cada vez más expertos miran con extrañeza la negativa occidental a recomendar el uso de mascarillas. El líder de la gestión sanitaria de China frente al coronavirus, algo así como el ‘Fernando Simón’ del país asiático, tampoco se explica este rechazo. En una entrevista con la revista científica Science, el director general del Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de China, George Gao, no ha dejado lugar a dudas sobre la importancia de que la población general use también mascarillas.
Preguntado sobre los errores que están cometiendo otros países durante la emergencia sanitaria, Gao ha asegurado que «el gran error» de EEUU y Europa es que «las personas no usan mascarillas». «Este virus se transmite por gotitas y contacto cercano. Las gotas juegan un papel muy importante. Tienes que usar una mascarilla, porque cuando hablas, siempre salen gotas de tu boca. Muchas personas tienen infecciones asintomáticas o presintomáticas. Si usaran mascarillas faciales, podrían evitar que las gotas que transportan el virus escapen e infecten a otros», ha explicado el experto.
Gao, además de gestionar la respuesta china a la pandemia, es investigador. Fue parte del equipo de científicos que en enero aisló y secuenció por primera vez el genoma del virus, y en los últimos meses ha publicado varios artículos científicos en las más prestigiosas revistas, en los que recoge el aprendizaje obtenido hasta ahora en la titánica lucha contra esta nueva enfermedad. Gracias a su labor como especialista en inmunología y virología, la misma OMS pudo compilar importantes datos de la propagación de Covid-19 en China. ¿Pero por qué, entonces, no ha atendido su consejo de recomendar el uso de mascarillas?
Otra de sus recomendaciones es instalar termómetros por doquier, como en China. Su entrevista completa [en inglés] puede leerse en este enlace.
Blindar a los contagiados
La misma revista científica ha publicado este fin de semana un artículo en el que recoge la opinión de varios expertos que, en su mayoría, hacen un llamamiento a utilizar las mascarillas. «Es una intervención de salud pública perfectamente buena que no se utiliza», ha afirmado el investigador de salud pública de la Universidad de Birmingham, KK Cheng. La mascarilla «no es para protegerse» a uno mismo tanto como para «proteger a las personas contras las gotas que salen de nuestro tracto respiratorio». En este sentido, ha instado a cambiar la forma en la que se piensa sobre este material de protección.
En la misma publicación, el epidemiólogo de la Universidad de Hong Kong, Benjamin Cowling, dice que es probable que una mascarilla ayude a proteger a un usuario sano de la infección, pues se ha demostrado que las mascarillas quirúrgicas y los respiradores N95 previenen infecciones respiratorias en los trabajadores sanitarios. «No tiene sentido imaginar que las máscaras quirúrgicas son realmente importantes para los trabajadores de la salud pero que son inútiles para el público en general», ha asegurado Cowling. Él también cree que el mayor beneficio es blindar a los contagiados para que no infecten más.
En Europa, el primer país en imponer de forma obligatoria el uso de mascarilla a los ciudadanos que salgan al espacio público fue República Checa.