Coronavirus: ¿controles urgentes a viajeros de Italia y China?
Vox sugiere adoptar medidas urgentes para controlar a los viajeros procedentes de zonas de riesgo, pero la UE pide no actuar individualmente
Este martes se ha confirmado el tercer positivo de coronavirus en España: un médico italiano que pasea en Tenerife. Ante esta situación, Vox ha sugerido reforzar los controles a los viajeros procedentes de zonas de riesgo como China e Italia. Santiago Abascal ha criticado al Gobierno por no poner en marcha las «medidas mínimas» que, en su opinión, «dicta el sentido común», como tomar la temperatura a turistas que llegan de esos países.
La expansión del coronavirus chino ha despertado algunos de los usuales populismos europeos. El presidente de Vox se ha unido este martes al coro de dirigentes como Matteo Salvini y Marine Le Pen, que han endurecido sus discursos contra la libre circulación ante una Comisión Europea que, en cambio, hace un llamamiento para no «caer en el pánico y, más importante, en la desinformación», en palabras de la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides.
Y es que la situación solo ha venido a más, en todo sentido. Hace menos de dos semanas, dirigentes de Vox aplaudían al primer ministro italiano, Giuseppe Conte, por cerrar el tráfico aéreo con China como medida preventiva, y exigía al Gobierno «ordenar el cierre temporal de puestos habilitados para la entrada en España desde China, en interés de la protección de la salud y seguridad de los ciudadanos como medida» de prevención.
Con respecto a medir la temperatura de los viajeros, es una medida útil pero no infalible, según el jefe del servicio de salud internacional del Hospital Clínic de Barcelona, José Muñoz. «Se detectan parte de los casos, porque el periodo de incubación es de una semana a 10 días. Si un paciente se infecta hoy y en dos días vuela la otra punta del mundo, no tendrá síntomas, escapará a los controles, pero introducirá la enfermedad», dijo a La Vanguardia.
Hasta ahora, ningún país europeo ha cerrado sus fronteras a viajeros procedentes de Italia, foco del virus en la región. Salvo Austria, que nada más conocerse la noticia de los primeros casos detuvo momentáneamente un tren procedente de Italia porque viajaban en él dos casos sospechosos de coronavirus.
Europa pide calma
Kyriakides, en declaraciones ante la alarma por los casos detectados en Italia, se hizo eco el lunes de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS): no imponer restricciones a los viajes, no cerrar fronteras y no ver los controles en puntos de entrada como algo más que «una pequeña parte de las acciones» para controlar la expansión del virus. «No podemos detectar a todo el mundo en riesgo de desarrollar el virus», dijo la comisaria.
Desde hace semanas que la OMS pidió no politizar la enfermedad surgida en la ciudad china de Wuhan, pero la llegada del virus a Europa ha generado temor en Bruselas, pues la CE teme que la propagación provoque el primer cierre de fronteras por motivos sanitarios desde 1995, cuando entró en vigor la zona Schengen. Por ello el comisario de Gestión de Crisis, Janez Lenarcic, ha insistido en la importancia de actuar «no individualmente».
«Actuar como Unión» se ha empezado a convertir en el mantra de la semana para los comisarios, que han recordado que la decisión de imponer controler fronterizos es independiente en cada Estado miembro pero debe ser «proporcional», ser coordinada con otros miembros y basarse en pruebas científicas «adecuadas», según Lenarcic. No ha descartado suspender Schengen, pero sí hacerlo descoordinadamente y sin un análisis de riesgos.
En respuesta a los mensajes de Salvini y Le Pen, la CE ha sido contundente: «Sería muy lamentable que se usara políticamente esta situación. No hay motivos para cerrar fronteras».