El Pdecat se borra del mapa ante la sentencia del caso Palau
Los dirigentes del Pdecat no acompañarán a Osàcar al TSJC a recibir al fallo y no reunirán a su ejecutiva. Daños colaterales: la investidura de Puigdemont
El ex tesorero de Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) Daniel Osàcar deberá cargar este lunes sobre sus hombros con todo el peso político de la sentencia del caso Palau de la Música, que, previsiblemente hará oficial lo que durante estos años ha sido un secreto a voces: el partido de Jordi Pujol, de Artur Mas y de Carles Puigdemont se financió durante años de forma irregular a través de la adjudicación de obra pública y el cobro de comisiones del 3% y del 4%.
Osàcar, al igual que los otros 15 acusados, está citado este lunes a las 9.30 horas en la primera planta del Palacio de Justicia de Barcelona, en el paseo Lluís Companys, para recibir la sentencia. Los dirigentes del Pdecat han tratado de distanciarse cuanto han podido del caso Palau para minimizar el desgaste y este lunes han optado por desaparecer del mapa. No acompañarán a Osàcar a los tribunales y tampoco reunirán a su ejecutiva para evitar a la prensa.
Sólo el ex consejero Jordi Turull tiene previsto salir en los medios y lo hará a primera hora de la mañana en «Els Matins» de TV3, antes de que se conozca el contenido de la sentencia del caso Palau. Ésa es toda la agenda mediática programa hasta el momento por el Pdecat.
El ex tesorero de CDC ha negado una y otra vez que su partido cobrara comisiones -en particular de Ferrovial– para conceder proyectos de obra pública, desmintiendo de esta forma las contundentes confesiones de Fèlix Millet y Jordi Montull, antiguos rectores del Palau de la Música e intermediarios de esta presunta trama de financiación ilegal. «Las comisiones pasaron del 3% al 4% porque CDC quería más dinero», llegó a concretar Montull durante un juicio que se alargó cuatro meses (de marzo a junio de 2017).
Sólo Turull tiene previsto ir a TV3 antes de que se conozca el fallo
El escándalo del caso Palau trituró la credibilidad de CDC y sus líderes optaron por una refundación del partido para tratar de limpiar su imagen. Liquidaron las siglas de Convergència y dieron paso al Pdecat en un movimiento destinado a pagar la factura de la corrupción ante su electorado.
Osàcar, el único miembro de CDC que ha tenido que sentarse en el banquillo por las comisiones ilegales, se enfrenta a una petición de pena de prisión de ocho años después de que el fiscal aumentara su solicitud en medio año.
La sentencia se produce en plena negociación entre Junts per Catalunya y ERC para acordar la investidura del presidente de la Generalitat y el inicio de la legislatura. Los negociadores soberanistas no consiguen desbloquear la situación porque Puigdemont insiste en ser investido a distancia y Esquerra prefiere buscar una solución alternativa para evitar nuevos problemas con la justicia.
El partido de Oriol Junqueras ha pedido en las últimas horas que Junts per Catalunya afronte la situación con realismo en un mensaje inequívocamente dirigido a Puigdemont para que renuncie a sus aspiraciones por su imposible encaje legal. Pero Puigdemont sigue en sus trece y el Pdecat se ha visto obligado a continuar alineado con su jefe de filas.
ERC confía íntimamente en que la sentencia del caso Palau debilite a los neoconvergentes y que las negociaciones de investidura se flexibilicen ante el temor a una repetición de elecciones en peores condiciones. Este miércoles está convocada la sesión constitutiva de la legislatura y los soberanistas deben comunicar el pacto que han alcanzado para dirigir la Mesa del Parlament.