Congreso: tensión para evitar un grupo mixto con 21 diputados
Algunas formaciones minoritarias aspiran a formar un grupo de ámbito "nacionalista-regionalista" en el Congreso, y la Mesa decidirá si se admite
Se están provocando tensiones entre las formaciones minoritarias que han logrado escaño y que quieren evitar un Grupo Mixto de 21 diputados. Coalición Canaria (CC), Unión del Pueblo Navarro (UPN), Partido Regionalista de Cantabria (PRC) y Teruel Existe quieren formar un grupo de ámbito «nacionalista-regionalista» en el Congreso.
La diputada de Coalición Canaria, Ana Oramas, es quien está liderando esta pretensión, chocando con las intenciones de Joan Baldoví, de Compromís. Este prefiere favorecer una división de tipo «administrativo» en dos bloques, según fuentes de su entorno. Algunas de estas formaciones van a esperar hasta el martes que viene, último dia de plazo, para decidir si registran en la Cámara su propuesta para tener grupo parlamentario propio, según informaron a Efe fuentes de estas formaciones.
Lo que tienen en común la veintena de diputados que podrían encajar en el hipotético Grupo Mixto de la nueva legislatura, la XIV, es las reiteradas consultas al Reglamento del Congreso durante los últimos días. Es un texto que también han analizado minuciosamente asesores jurídicos de estas organizaciones.
El reglamento dificulta las agrupaciones alternativas
El artículo 23 del Reglamento del Congreso indica que podrán formar grupo parlamentario aquellos partidos con más de 15 escaños. O bien aquellos que, con un mínimo de cinco diputados, hayan logrado superar el 15% del total de los votos en las circunscripciones en las que hayan concurrido.También existen posibilidades reglamento para aquellas formaciones que, a partir de cinco escaños, concentran más del 5% de las papeletas a escala nacional.
Sin embargo, el texto que fundamenta las decisiones de la Mesa del Congreso indica, acto seguido, que «no pueden formar grupo separado los diputados que en las elecciones pertenecieran a agrupaciones políticas que no se hayan enfrentado ante el electorado». Esto complica la voluntad de Oramas y de los diputados de las cuatro formaciones aspirantes a formar un grupo parlamentario propio.
Los dos casos que no encajan en ese fragmento son: UPN, que se alió en las elecciones con PP y Cs en la llamada Navarra Suma; y la propia CC, que forjó coalición con Nueva Canarias, también presente en el Congreso. Por lo tanto, estos son partidos que no se han enfrentado en las elecciones del 10-N en sus circunscripciones.
Un Grupo Mixto supondría una pérdida de subvenciones y de tiempos de intervención en los debates
A pesar que la predisposición no parece reinar por ahora, el jueves está previsto que se sepa la decisión de la Mesa. Y la mayoría del órgano del Congreso se decanta actualmente por ser firme en el cumplimiento del reglamento y formar un Grupo Mixto, a pesar de que reconocen que existen antecedentes a los que pueden aferrarse los partidos de índole «regionalista».
Uno es relativamente reciente: UPyD, tras las elecciones de 2011, se le permitió tener grupo propio a pesar de que sus cinco diputados no alcanzaron el 5% de votos a escala nacional. Después de todo la Mesa es soberana y tendrá la última palabra.
Lo que es un hecho, es que en la legislatura que ha comenzado esta misma semana, no solo habrá récord de formaciones políticas entre los escaños, sino además de grupos. PSOE, PP, Vox, Unidas Podemos, ERC, Ciudadanos, PNV y EH Bildu, por un lado ya son fijos. Y los restantes 21 buscan el modo de evitar un Grupo Mixto sobredimensionado. Entre los restantes se encuentran: JxCat (8 escaños), Más País-Compromís (3), CUP (2), UPN (2), CC-NC (2) y BNG, Teruel Existe, PRC (1) y Foro Asturias (1).
Las variantes entre un Grupo Mixto y grupos separados
Para empezar, en un Grupo Mixto los tiempos de intervención en los debates que requieran posicionamiento podrían ser de 50 segundos y los cupos de presentación de iniciativas para su debate en pleno se dilatarían en exceso. Y se suman dos pérdidas: por un lado, de influencia en la Junta de Portavoces, y por otra, de dinero a través de las subvenciones.
Concretamente, tener grupo propio supone la recepción, mes a mes, de una cuantía común de unos 29.000 euros y de otra variable en función del número de diputados. A pesar de esto, hay muchos diputados que no están dispuestos a asumir el coste de unirse a formaciones independentistas como JxCat o la CUP.