Competencia advierte del peligro de fijar el precio de las mascarillas
La Autoridad Catalana de la Competencia advierte al Gobierno que fijar un precio máximo para las mascarillas puede provocar desabastecimiento
La fijación de un precio máximo para las mascarillas puede tener efectos perniciosos a medio y largo plazo: por una parte, puede desincentivar la producción local de estos productos sanitarios y, por otra, crear una situación de desabastecimiento.
Así lo advierte la Autoridad Catalana de la Competencia (ACCO). En un comunicado, este organismo autónomo indica que el hecho de que las mascarillas quirúrgicas solo se puedan vender en las farmacias a un precio máximo de 0,96 euros la unidad, tal como acordó el gobierno español, puede llevar al desabastecimiento.
Aunque el Ministerio de Sanidad estableció un precio máximo con la intención de que todos los ciudadanos pudieran tener mascarillas, la ACCO insiste que esta medida puede tener un “efecto contrario” a tal propósito.
Mantiene que la fijación de un precio máximo puede generar, a medio y largo plazo, un “importante problema” de suministro al mercado que dejaría a muchos ciudadanos son este elemento para protegerse del contagio por coronavirus.
Empresas textiles españoles han desistido de fabricar mascarillas porque no pueden competir con los precios de las que se importan de China, donde no se pagan los mismos salarios e impuestos que aquí.
Además, la ACCO advierte de otro peligro, que el precio de las subastas internacionales de mascarillas supere el precio fijado por el gobierno. Los distribuidores no las adquirirán si ven que van a perder dinero, ni tampoco las comprarán las farmacias si luego las tienen que vender por debajo de lo que han pagado.
Castigo para las farmacias
Muchas farmacias ya sufrieron pérdidas porque compraron stocks de mascarillas por más de 0,96 euros la unidad. Esta situación se podría repetir en un futuro si se dispara la demanda mundial y, en consecuencia, se incrementa el precio en los mercados internacionales.
La ACCO apremia al Gobierno a dejar sin efecto estas medidas “tan pronto como sea posible” y sustituirlas por otras que “no distorsionen la competencia en un aspecto tan esencial como el precio”.
Incluso proponen que sean las administraciones públicas las que adquirieran el material al precio que se tenga que pagar en los mercados internacionales y que luego lo trasladen al consumidor final sin sobrecostes.
Además, la ACCO considera que se está “restringiendo indebidamente la competencia” porque el Gobierno tan solo permite que las mascarillas se puedan vender individualmente en farmacias.
Señala que resulta “difícilmente comprensible” que las oficinas de farmacia “sean los únicos establecimientos que reúnen y puedan reunir las condiciones de higiene adecuadas para salvaguardar la calidad del producto”. En este sentido, se pregunta si otros establecimientos (como por ejemplo los alimentarios) no reúnen también condiciones de higiene adecuadas.