Comín firma el peor verano sanitario
Sindicatos y usuarios consideran que las medidas aplicadas han sido ineficaces porque se cerraron demasiadas camas hospitalarias y se planificó mal la asistencia primaria en las localidades turísticas
Toni Comín prometió revertir los recortes, cerrar menos camas hospitalarias en verano, reforzar la asistencia primaria de las localidades turísticas, pero sus medidas se han revelado ineficaces. Desde los colectivos que integran la Marea Blanca se asegura que el consejero Comín ha firmado el peor verano sanitario.
Los sindicatos del sector advierten que las medidas aplicadas desde el departamento de Salud de la Generalitat no han supuesto ninguna mejora. Maria Àngels Rodríguez, portavoz de la Federación de Sanidad de CC.OO, destaca dos grandes deficiencias: una mala planificación de la asistencia primaria para atender la avalancha de turistas y el cierre de camas hospitalarias que, pese a que son menos que el año pasado, siguen siendo «demasiadas» para atender las necesidades de la población.
Montse Peña, secretaria general de SATSE-Cataluña, constata que no han disminuido las listas de espera, especialmente en los servicios de urgencia tanto de los centros de atención primaria como de los hospitales. Peña recuerda que el consejero Comín se comprometió a reducir estas listas: «visto lo visto, otro político más que acaba igual», concluye. La secretaria general del sindicato de enfermería reclama más personal en verano y más centros de atención continuada.
Antoni Barbarà, portavoz de Dempeus per la Sanitat Pública, uno de los colectivos más destacados de la Marea Blanca en Cataluña, asegura que este verano ha sido «bastante peor que los anteriores».
Un ambulatorio de Badalona programa consultas a 26 días vista
Los problemas se han notado más en unos puntos que en otros. Depende del lugar, de la ciudad y, dentro de una determinada ciudad, del barrio. En el área metropolitana de Barcelona, Antoni Barbarà subraya que no es lo mismo un barrio pobre como El Raval que uno de alto standing como Sarrià-Sant Gervasi: «sanitariamente son dos continentes alejadísimos».
En los barrios ricos, las consultas de primaria se atienden en menos de tres días y, en los pobres, se pueden demorar semanas. El pasado julio, en el barrio Progrès-Sant Roc, uno de los más depauperados de Badalona, se programó la consulta a un paciente que presentaba un cuadro febril para al cabo de 26 días. «Esto no es atención, es desatención», clama Barbarà. Los enfermos se curan por si solos o acaban engrosando y saturando los servicios de urgencias. Los turnos de espera antes de ser atendidos han superado las cinco horas. «Más que errores, hay horrores» en la sanidad catalana, insiste.
Atienden a turistas en detrimento de enfermos crónicos
Barbarà es medico internista, jubilado, pero se ha convertido en la voz de los pacientes. También critica la planificación para atender la avalancha turística. El consejero Comín envió un refuerzo de 366 profesionales a los centros de asistencia primaria de localidades de la costa, pero Barbarà asegura que esta medida ha tenido «efectos perversos». Los enfermos crónicos se quedan en sus casas, no suelen hacer turismo y han sufrido este verano la pérdida de los sanitarios que los atendían habitualmente porque los han enviado a la costa.
Además, los ambulatorios o hospitalarios de estas localidades de la costa son eficientes en tratar afecciones propias de los turistas, como picaduras de medusa, pero se inhiben ante problemas de salud graves, que derivan a grandes hospitales con la consiguiente saturación de estos últimos centros. En la Costa Brava, esta situación ha provocado repetidos colapsos en el Hospital Josep Trueta, de Gerona.
Como más grande es un hospital, más colapsado
Los pacientes han pasado días en pasillos y literas de los servicios de urgencias de los principales hospitales catalanes a la espera de ingresar en planta. Como se cerraron camas, no tenían dónde ubicarlos. En el servicio de urgencias de Vall d’Hebron, el principal hospital por número de profesionales y pacientes, se han registrado una media de 52 pacientes diarios a la espera de ingreso, según los cálculos de Economía Digital a partir de los datos ofrecidos en @adjuntosdeurgen. En algunos casos los pacientes llegaron a permanecer siete días en urgencias antes de su traslado a planta. El pico más alto se registró el 2 de agosto, con 81 pacientes a la espera de ingreso.
Una enfermera de Vall d’Hebron señala que otros hospitales todavía han tenido más problemas: «¡Pregunta en Hospital del Mar, ya verás!». En el servicio de urgencias de este centro, el pasado 18 de julio se superaron los 120 pacientes.
En Parc Taulí no se atrevieron a cerrar todas las camas previstas
En el Hospital Parc Taulí, de Sabadell, que este agostó asumió la actividad pública que hasta ahora se derivaba a la privada Clínica del Vallès, se han cerrado menos camas de las previstas inicialmente por el departamento de Salud, según apuntan fuentes del comité de empresa. Quizás el consejero Comín intentó evitar que se colapsaran sus urgencias, para evitar críticas, pero no lo consiguió. Pese a que en agosto se cerró la mitad de las 135 camas previstas, en los pasillos de urgencias han esperado una media de alrededor de 20 pacientes diarios.
Desde Marea Blanca y de los sindicatos del sector se advierte que «lo que ha quedado pendiente del verano» no se podrá asumir en septiembre y que estarán muy atentos a que se reabran todas las camas que se cerraron en junio.
Aumenta la presión sobre los profesionales
Los profesionales advierten que trabajan con «presión». En este sentido, desde Marea Blanca se recuerda que una apendicitis mal diagnosticada en el Hospital de Igualada acabó en peritonitis y falleció el paciente, un deportista de 24 años. Su familia estudia acciones legales por una presunta negligencia médica.
Como conclusión, sindicatos y Marea Blanca indican que el consejero Comín no ha aprendido de los problemas de los últimos veranos. También le exigen que cumpla sus promesas.