Colau quema su último cartucho en busca de apoyos para conectar el tranvía

El gobierno de Ada Colau da cuerda a la plataforma favorable a la unión del tranvía para presionar a ERC, clave para enterrar el proyecto la semana que viene

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A falta de una semana para la votación que, salvo sorpresa, enterrará definitivamente el proyecto del gobierno municipal de Ada Colau de conectar las dos ramas del tranvía, la plataforma Unim els Tramvies, partidaria de la conexión, ha citado a periodistas y concejales este miércoles a experimentar en sus carnes lo que supone recorrer ahora la Diagonal en bus.

Al ejercicio han sido invitados todos los grupos municipales, pero solo han hecho acto de presencia la teniente de alcalde Janet Sanz; la concejal de movilidad, Mercedes Vidal, y su exsocia de gobierno Montserrat Ballarín, del PSC, ahora en la oposición pero que mantiene su apoyo a la ampliación del tranvía. 

El viaje en la línea 34 —que parte de la confluencia de la Diagonal con el Paseo de Gracia y que tiene como punto de destino la Zona Universitaria, en el extremo sur de la Diagonal— se completa sin sorpresas: 23 minutos, sudorosos al principio, en modo lata de sardinas, y más relajados a medida que se aleja del centro. El Trambaix, con el que compartimos recorrido desde la plaza Francesc Macià, nos adelanta limpiamente.

Embudos en las paradas

El tráfico es fluido, pero las paradas son embudos. Empezando por aquella primera, en la que llegan a acumularse cuatro buses. Se le llama efecto acordeón, y se agrava a medida que se incrementa el número de autobuses que circulan por un mismo corredor. Por el tramo central de la Diagonal ya circulan 45 autocares por hora. «Esto no es una lucha entre modos de transporte. Cada uno es el mejor para una determinada capacidad», considera la concejal de movilidad.

Pere Macias, el exconseller de CiU fichado por Colau para liderar el proyecto de conexión tranviaria, también se ha sumado a la excursión, y remata el argumento. «Cuantos más autobuses, el servicio es más lento. Y el bus ya no puede aumentar más la capacidad», dice.

Colau se vale de la plataforma Unim els Tramvies para apurar sus opciones

La plataforma ha enviado a otro comando a hacer un recorrido alternativo, tomando la línea 7, la única que va de punta a punta de la Diagonal, si bien no siempre siguiendo la avenida: al llegar a la plaza de les Glòries, toma la Gran Vía y luego sube por Paseo de Gracia hasta volver a enlazar con la Diagonal.

Genís Barrera y Silvia Casorrán, la pareja que ha hecho el trazado alternativo, explican que han cogido la línea 7 en el Fòrum, en el otro extremo de la Diagonal (y de Barcelona) a las 8.00 horas en punto, y han tardado 56 minutos en llegar a Zona Universitaria. Son 20 más de los que tardaría en hacerse el trayecto en tranvía si estuviera conectado en su parte central, según el estudio informativo de la Autoritat del Transport Metropolità (ATM).

Estudios técnicos

El estudio informativo planteaba cuatro opciones para conectar las dos ramas actuales y concluía que la mejor era la propuesta que ha hecho suya el gobierno de Colau: un tranvía en superficie y en línea recta que, según los técnicos, en ese tramo central circularía a una media de 16 km/h (tres más que los que alcanzarían los buses eléctricos por los que siempre ha apostado el Pdecat). La velocidad media de los buses que ahora cubren el trazado no pasa de los 12 km/h.

Pero, con el estudio en stand by, porque la ATM puso el mes pasado como condición para darle el ok definitivo un acuerdo político previo en el ayuntamiento, y tras una comisión municipal monográfica de media docena de sesiones y con desfile de expertos que no hizo cambiar de postura a ningún grupo municipal, las cuestiones técnicas parecen pesar menos que las políticas.

Falta de apoyos

Colau ya renunció, primero, a aprobar la totalidad de la conexión este mandato, y se conformó con arrancar el tramo menos conflictivo, de Glòries a Verdaguer. Pero ni así ha conseguido apoyos suficientes para aprobar el protocolo entre el Ayuntamiento y la ATM, que es condición necesaria para que el proyecto siga adelante.

Cuenta con los votos del PSC y el concejal no adscrito Gerard Ardanuy, pero precisaría de los cinco de ERC, visto el rechazo que la iniciativa suscita entre el resto de partidos (Pdecat, Ciudadanos, PP y la CUP). Y los republicanos no parecen estar por la labor de regalarle a Colau un triunfo en el tramo final del mandato.

Colau se encamina a un fracaso de su proyecto estrella en el pleno del 10 de abril

Esquerra había defendido la conexión, pero ha ido añadiendo condiciones y subiendo de manera progresiva el precio de su apoyo. La última: compromisos firmes sobre la financiación del proyecto, que el equipo de gobierno entiende que se tienen que concretar más adelante.

La alcaldesa ya pospuso la votación, prevista para el pasado 23 de marzo, ganando una prórroga que se agota el próximo martes, 10 de abril, cuando está programado el pleno extraordinario para despachar la cuestión. Mientras se exprime la cuenta atrás para convencer a los republicanos, los defensores que el proyecto tiene fuera del ayuntamiento, fieles a la recurrente consigna de Colau de pedir apoyo a la calle para compensar su debilidad en el consistorio (donde solo cuenta con 11 de los 41 concejales), hacen un último esfuerzo, concretado, por ejemplo, en la excursión en autobús de esta mañana.

 

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