Colau cambia de bando: ahora pide al Govern la apertura del ocio nocturno
La alcaldesa de Barcelona insiste en una reapertura segura que permita celebrar las fiestas de la Mercè con medidas puestas en la pandemia
Cambio de rumbo en el ayuntamiento de Barcelona. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha pedido al Govern que «valore» la nueva situación epidemiológica con el objetivo de permitir una «reapertura controlada» del ocio nocturno de cara a las fiestas de la Mercè, que se esperan para el próximo 23 de septiembre.
Aunque Colau ha entendido que la Generalitat quiera ser «prudente» ante la difícil situación vivida tras las fiestas de San Juan y que desembocó en la quinta ola de la enfermedad, plantea que se reabran estos negocios «respetando los criterios sanitarios y con todas las garantías».
La alcaldesa ha asegurado que «no va a presionar al Govern», y ha defendido que sea el Procicat quien tenga la última palabra. Respecto a las fiestas de la Mercè, ha asegurado que las medidas de seguridad se tomarán con la «mirada puesta en la pandemia» para hacer que se cumplan las restricciones.
Colau: «No va a haber una fiesta en la calle»
Preguntada por los botellones, una de las grandes polémicas que azotan la ciudad, sobre todo tras las imágenes de aglomeraciones y botellones en las pasadas fiestas mayores de Gracia y de Sants, la alcaldesa ha subrayado que el ayuntamiento no quiere esto se repita para la fiesta mayor de toda la ciudad.
Ha insistido en que no se acuda a actividades de la Mercè sin hacer la reserva vía web ya que en todas hay aforo limitado, control de acceso y reserva previa. «No va a haber una fiesta en la calle, va a haber actividades culturales repartidas» por toda Barcelona, ha explicado la alcaldesa.
Lanzamientos de objetos contra la policía en Sants
Las imágenes de aglomeraciones y disturbios en las calles han sido un continuo este verano, sobre todo en las fiestas de algunos de los barrios. El último caso fue en Sants, con varias noches consecutivas de botellones masivos en las calles que obligaron a intervenir a la policía para garantizar que se cumplieran las medidas de seguridad contra la pandemia.
Los agentes tuvieron que desalojar a 25.000 personas que habían optado por prolongar la noche en plazas y parques. La intervención de los Mossos d’Esquadra y de la Guardia Urbana terminó por desencadenar altercados, por parte de militantes que se negaban a volver a casa. El lanzamiento de objetos y los ataques contra los vehículos policiales se han repetido.