Colau entierra el proyecto de funeraria pública
Colau fracasa de nuevo en el intento de poner en marcha la funeraria pública: solo le apoyó la CUP y dos concejales no adscritos
La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, enterró este miércoles el proyecto de una funeraria pública. Aunque no figuraba en su programa electoral, era una de sus propuestas estrella. Colau convocó un pleno extraordinario sobre su modelo de funeraria pero solo consiguió el apoyó de 15 de los 41 concejales: votaron a favor los representantes del equipo de gobierno de los Comuns, la CUP y los dos concejales no adscritos; se abstuvo ERC, mientras votaron a favor Pdecat, Ciudadanos y PSC.
El pleno rechazó la creación de una nueva empresa de servicios funerarios y la venta de la participación del 15% que el Ayuntamiento detenta en la empresa mixta Serveis Funeraris de Barcelona (SFB). El 85% restante es propiedad de Mémora desde que el gobierno del alcalde socialista Jordi Hereu vendió la participación mayoritaria en 2011.
En una sesión extraordinaria cargada de reproches y acusaciones mutuas de electoralismo, el pleno rechazó tanto la funeraria pública como la venta de la participación del 15%. Colau pidió el último turno de palabra para agradecer el apoyo de la CUP y lamentar la posición de ERC y PSC. Insistió en que el objetivo era abaratar los entierros aunque sus cifras no cuadran. Aseguró que no “entiende” a estos dos últimos grupos.
El rechazo a las propuestas fue recibido con aplausos por el público, mayoritariamente trabajadores de Serveis Funeraris de Barcelona, que llevan meses expresando sus temores ante la repercusión que la medida pudiera tener en su situación laboral.
El Ayuntamiento de Barcelona anunció el martes que auditará las cuentas de SFB ante los indicios de supuestas irregularidades en la facturación, como denunció la Síndica de Barcelona. La oposición criticó que el consistorio efectuara este anuncio precisamente en la vigilia del pleno.
Criticas de la oposición
Colau intentó en otras ocasiones tirar adelante su proyecto de funeraria, aunque nunca contó con los suficientes apoyos políticos.
Sònia Recasens (Pdecat) reprochó a la alcaldesa el vídeo que difundió en las redes sociales en el que defiende la funeraria pública en Barcelona. Le pidió que «deje de engañar».
Jordi Coronas (ERC) exigió que el gobierno municipal cumpla con el acuerdo al que llegó en marzo de 2018 para dar un servicio funerario básico ampliado a un precio de 1.800 euros. Insistió en que posible, en contra de lo que mantiene el concejal del gobierno municipal Eloi Badia, que asegura que no se puede hacer sin crear la nueva funeraria.
Carmen Andrés (PSC) criticó a Badia por su «dejadez» de responsabilidades que le otorga poseer el 15 % de las acciones de SFB. Indicó que estaba en su mano impedir el aumento del 16% los precios más económicos del servicio y no dio garantías a los trabajadores.