Colau desoyó al pleno de Barcelona y rechazó una prueba de bus eléctrico para sustituir al tranvía
El ayuntamiento ignoró una votación en 2018, que contó con el apoyo de todos los grupos salvo de Barcelona en Comú y un concejal no-adscrito para que se hiciera una prueba piloto entre Francesc Macià y la plaza de las Glòries
Las obras para la polémica unión de los dos tranvías de Barcelona es una realidad, una medida que ha obsesionado al Ayuntamiento y que, finalmente, ha podido sacar adelante gracias al apoyo de ERC. Ada Colau ni siquiera ha apostado por otras alternativas, como la prueba piloto de un autobús eléctrico que conectara Francesc Macià con Glòries.
El Ayuntamiento desoyó una votación de un pleno municipal del año 2018, anterior a que se aprobara el proyecto definitivo de la unión de los tranvías. El texto, que presentó el PDeCAT de la mano de Xavier Trias, pedía que se llevara a cabo un piloto de un año para desarrollar la línea D30, una vía rápida entre Glòries y Francesc Macià más barata que el tranvía.
Todos los partidos salvo Barcelona en Comú, que en aquel momento gobernaba en solitario tras haber expulsado al PSC por la tensión independentista de octubre de 2017, votaron a favor de aquel proyecto que acorraló al gobierno municipal. Tan solo un concejal no-adscrito se sumó a los votos de Colau.
Monitorizar durante un año el bus eléctrico
La propuesta pretendía que el Ayuntamiento monitorizara durante un año la calidad del servicio de la prueba piloto, y que esta se desarrollara en el plazo máximo de tres meses. La cuestión fue descartada por la entonces concejal de Movilidad, Mercedes Vidal, que remarcó que «una línea de bus no se improvisa, no se hace en tres días ni en tres meses».
Desde el Ayuntamiento explican a Economía Digital que la propuesta no se llevó a cabo porque no se adhirió a ella el gobierno municipal: «Las iniciativas de los grupos políticos del plenario municipal o en las comisiones no tienen carácter vinculante, son de carácter político. Solo pueden tener efectos vinculantes cuando también el gobierno las asume como propias».
Desde Junts per Catalunya han señalado a este medio que la propuesta fue «incumplida del todo», y recuerdan que el ayuntamiento ya lo tenía todo preparado para desarrollar el piloto de la D30. La propia Francina Vila denunció que habían escondido en las cocheras de TMB «los vehículos eléctricos que ya se habían comprado».
Colau: «Finalmente ha ganado el sentido común»
«Finalmente ha ganado el sentido común. Con el diálogo y la suma de todos comenzamos las obras de conexión«. Con estas palabras, Colau inauguraba la faraónica obra que consiguió aprobar en 2019 con el apoyo de ERC, pese al compromiso de la Generalitat se remontaba a 2015, tras el acuerdo entre Artur Mas y la alcaldesa.
El acto, que se ha llevado a cabo frente al Disseny Hub de la plaza de las Glòries, contaba con el presidente de la Generalitat, Pere Aragonès. También, la teniente de alcaldía de Urbanismo, Janet Sanz; o el vicepresidente de Movilidad, Transporte y Sostenibilidad del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), Antoni Poveda.
Colau pone fin a una guerra que ha dividido a la ciudad desde hace más de una década. Los tranvías fue una apuesta del ayuntamiento socialista de Jordi Hereu, cuya propuesta fue tumbada en una consulta popular pese a la campaña del consistorio por las otras opciones de reforma de al Diagonal. Fue uno de los motivos que precipitó la caída del PSC del poder.