Coelho endurece la jubilación y alarga la jornada del funcionariado
Más ajustes en Portugal para salvar al país de la quiebra
Los funcionarios de Portugal trabajarán más horas, cobrarán menos y perderán días de vacaciones.
La nueva oleada de recortes anunciada por el primer ministro Pedro Passos Coelho, que continúa adelgazando el gasto público con el objetivo de ahorrar 4.800 millones de euros, ha golpeado con fuerza a los trabajadores públicos.
Tendrán que trabajar 40 horas semanales, en lugar de las actuales 35, se revisará a la baja su tabla salarial y verán recortado su actual periodo de vacaciones.
En la batería de medidas para reformular la estructura del sector público y seguir acortando gasto, Coelho incluye también reducir la plantilla de funcionarios en 30.000 personas.
Jubilación, un año más tarde
Los ajustes comenzarán a aplicarse este año y tienen como principales damnificados a los funcionarios y pensionistas.
Ambos colectivos se beneficiaron de la sentencia del Tribunal Constitucional portugués, que anuló el 6 de abril la supresión de la paga extra que les fue retirada a comienzos de año.
Ahora, enfrentan nuevos recortes. En el caso de los pensionistas, también verán reducidos sus ingresos.
La edad de jubilación se alargará un año, hasta los 66. Quienes quieran retirarse antes de esa edad sufrirán una «penalización» y, por tanto, no podrán cobrar todo el subsidio que les corresponde.
Las nuevas medidas incluyen recortes en los ministerios, que perderán un 10% de su presupuesto para adquisición de bienes y servicios.
Búsqueda de consenso
El primer ministro luso, que confía en ahorrar otros 4.800 millones hasta 2015, ha apelado al diálogo con el resto de fuerzas políticas para «perfeccionar» las medidas y «minimizar su impacto».
También pide consenso para que sean adecuadas a la «jurisprudencia constitucional».
En cualquier caso, y en un aparente intento por apaciguar a la oposición política y a la ciudadanía, ha subrayado que los sacrificios «valen la pena».
«Fallar ahora sería desperdiciar esos sacrificios y es algo que no nos podemos permitir», dijo.