Ciudadanos se encomienda a Juan Marín para salvarse en Andalucía
Arrimadas ha escenificado un cierre de filas con el vicepresidente de la Junta, “verdadero pulmón” del partido, que celebra este sábado su convención nacional en plena crisis
“No es el momento de hablar de primarias. No hay elecciones en el horizonte y las dos formaciones han manifestado su deseo de agotar la legislatura. El Gobierno de la Junta de Andalucía funciona magníficamente bien y hay una plena y total sintonía personal entre Juan Marín y Juanma Moreno”. Son palabras de Edmundo Bal, portavoz de Ciudadanos y mano derecha de Inés Arrimadas, a los micrófonos de Canal Sur Radio.
Es poco frecuente que el entorno de la dirigente naranja, proclive en su día a una renovación del liderazgo a favor de la consejera andaluza de Igualdad, Rocío Ruiz, dedique elogios al vicepresidente de la Junta de Andalucía.
No obstante, “los últimos acontecimientos”, esto es, desde la abortada moción de censura en Murcia a la pérdida del Ayuntamiento de Granada pasando por la desaparición de la marca en la Asamblea de Madrid, “han hecho que la dirección nacional vaya girando muy claramente en su relato”, indican a Economía Digital fuentes del entorno de Juan Marín.
Juan Marín, de hecho, será uno de las figuras clave en la convención que celebrará el partido este sábado en Madrid y en la que protagonizará una masterclass dedicada al municipalismo, enfoque, por otro lado, que ha sido el eje de la campaña con la que Juan Espadas ha logrado alcanzar el liderazgo del PSOE andaluz.
El cambio de Arrimadas con Marín
La hemeroteca refleja el sutil viraje de la dirección nacional que ilustra ese cierre de filas en torno a la figura de Juan Marín de tal modo que, si bien no se puede dar por descartado al 100% la posibilidad de que exista un proceso de primarias, en Ciudadanos se da por hecho que el nombre de Juan Marín encabezará la papeleta con que esta formación se presentará a las próximas elecciones, previstas en el calendario oficial a finales de 2022.
Según ha podido saber este medio, Rocío Ruiz, apoyada en su día por Fran Hervías, en los tiempos en que era secretario de Organización, aunque manifestó públicamente sus aspiraciones y el interés por darle voz a la militancia, a día de hoy habría abandonado este camino.
La hemeroteca es testigo de que este cierre de filas de Arrimadas es relativamente reciente, apenas de unas semanas atrás. Antes, hay un buen puñado de ejemplos de falta de entendimiento entre ambos.
De hecho, cuando el pasado 1 de junio la líder naranja visitó Sevilla, Marín interpretó como un verdadero desplante el hecho de que la presidenta de su partido se entrevistara en el Palacio de San Telmo, sede del Gobierno andaluz, con el presidente Juanma Moreno sin que él estuviera presente en la reunión, una presencia más que justificada en virtud de su cargo como vicepresidente andaluz, con cuatro consejeros más en el Gobierno de la comunidad más poblada de toda España.
Esa visita, además, dejó otros hitos en el libro de los agravios. Tras la reunión que mantuvo Arrimadas con los diputados del Grupo Parlamentario naranja, Rocío Ruiz manifestó literalmente: “es una opción que no descarto”, preguntada por la posibilidad de presentarse a las primarias, declaraciones que se leyeron como que la líder nacional del partido alimentaba el choque orgánico.
Tuvo que ser Javier Imbroda, consejero de Educación y Deportes de Andalucía, quien como buen árbitro, pidiera echar la pelota al suelo y reclamar una unidad sin fisuras en torno al jugador titular, léase Juan Marín.
“No es ningún secreto que Arrimadas siempre ha rehuido posicionarse abiertamente al lado de Juan [Marín] y que siempre se ha refugiado en que los estatutos del partido contemplan primarias pero en las últimas semanas hay un giro evidente a Andalucía y a Juan como referencia del partido a nivel nacional”, exponen estas mismas fuentes.
Tampoco han sido pocas las veces que el entorno de Fran Hervías, ex secretario de Organización de Ciudadanos y hoy flamante fichaje de Génova y cuyo cometido es el de esquilmar la endeble estructura orgánica del partido naranja, ha deslizado que Marín terminaría su vida política en el Partido Popular, en virtud de un pasado en la política municipal en otras formaciones.
Juan Marín y el Gobierno andaluz, “el pulmón de Ciudadanos”
Pero lo cierto es que, para contravenir la leyenda que dice que en el futuro Marín se cambiará de partido como de chaqueta, a día de hoy es Hervías quien trabaja en Génova y el político sanluqueño es el que, en su condición de líder andaluz de Ciudadanos, se pasea como vicepresidente por el Palacio de San Telmo.
Por su parte, le toca a Inés Arrimadas el papel de taponar la herida abierta desde la dimisión de Albert Rivera tras las elecciones del 10 de noviembre de 2019. Para ello, además de vendas, necesita oxígeno y, según sus propias palabras, tiene en Juan Marín y en Andalucía “el pulmón” del partido.
Ya se sabe que en situaciones de crisis, el pragmatismo es una obligación. De ahí que la dramática situación que vive el partido recomiende apostar por lo seguro y celebrar por todo lo alto que, pese a la tormenta, Ciudadanos, al menos en esta comunidad, siga siendo un partido de referencia para el electorado.
Varios factores explican este cierre de filas de Arrimadas, que recientemente coincidió de nuevo con el líder andaluz en Úbeda (Jaén) en el marco de la caravana Ruta de la Ilusión naranja, con la que el partido pretende despertar el ánimo de la militancia y sus simpatizantes.
En lo que va de 2021, Ciudadanos ha perdido los gobiernos de la región de Murcia y la Comunidad de Madrid, ha desaparecido por completo de la Asamblea de Madrid y en Cataluña, tras las últimas autonómicas, pasó de tener 36 diputados a 6 y un rosario de dirigentes y militantes han abandonado la formación, bien por desencanto, caso de intelectuales como Xavier Pericay, bien por oportunismo político, caso de Toni Cantó.
En el otro lado de la balanza, cogobierna en Castilla y León y Andalucía, son dos gobiernos autonómicos junto al PP, con presidentes percibidos como moderados por la opinión pública, en contraposición al liderazgo de Díaz Ayuso pero, como la canción, “no es lo mismo”.
En Castilla León, es sabido que el vicepresidente, Francisco Igea, promovió tras la deserción de Albert Rivera una candidatura alternativa a la oficial que representaba Arrimadas. Marín, sin embargo, y pese a que ha criticado abiertamente la estrategia política nacional, tantas veces errática como ocurrió en Murcia, nunca ha cuestionado que el liderazgo de su presidenta.
Asimismo, en Castilla y León, Ciudadanos apuntala en el poder a un Partido Popular que gobierna desde los tiempos en que José María Aznar era un joven presidente autonómico bajo las siglas de Alianza Popular.
En Andalucía, por el contrario, la participación del partido naranja fue decisiva para desalojar del poder al PSOE, tras 37 años ininterrumpidos de Gobierno y, con ello, presentarse ante la opinión pública como hacedores de aquello que prometieron, esto es, servir de bisagra y forzar cambios en las asentadas dinámicas del bipartidismo.
Ciudadanos cae pero sobrevive como partido clave en el último CIS andaluz
De modo que, aunque el partido está en modo derribo en toda España, gracias en parte, a los servicios de captación de almas en tránsito desde las filas naranjas, Ciudadanos es un partido que resiste aquí.
Al menos esa es la foto fija que se desprende del reciente Barómetro Andaluz, una encuesta del Centro de Estudios Andaluces, organismo dependiente de la Consejería de Presidencia, que dirige Elías Bendodo (PP), es decir, un sondeo en el que no se puede perder de vista la cocina previa, hay dos datos clave.
Más sorprendente de que, tan sólo dos años después de llegar al poder con el peor resultado de la historia del PP en la comunidad, Juanma Moreno alcance una horquilla de entre 48-52 diputados y por tanto roce con la yema de los dedos la mayoría absoluta, situada en Andalucía en 55 diputados, está el hecho de que Ciudadanos sobreviva y se mantenga como partido clave para gobernar.
En concreto, la encuesta refleja entre 7 y 8 escaños para Ciudadanos, de modo que se podría reeditar el actual pacto de gobierno con mayoría absoluta y sin necesidad del apoyo de Vox, un socio parlamentario cuya digestión parlamentaria está siendo cada vez más complicada.
La encuesta deja también a Juan Marín como el segundo político más valorado de Andalucía, después del presidente, nota que, cuando todo arde alrededor, sirven como consuelo y asidero.
Por tanto, sea porque 2021 ha sido un año verdaderamente aciago para Ciudadanos, sea porque Juan Marín y Juanma Moreno han logrado hacer realidad ese “encapsulamiento” con el que tantas veces se han defendido del ruido político que ha azotado gobierno locales y autonómicos por toda la geografía, sea porque su sintonía personal invita a culminar los dos años que quedan de legislatura en los que se empiecen a notar los efectos de la recuperación económica gracias a los fondos europeos, lo cierto es que hoy por hoy el vicepresidente de la Junta es una figura esencial en la supervivencia del partido naranja.
Además, la buena convivencia de ambas siglas, PP y Ciudadanos, se ha convertido en la mejor vacuna contra las presiones internas y externas que piden adelanto de elecciones en Andalucía.