CiU se vanagloria ahora del “fracaso de la alternativa política” del acto empresarial de Foment
Oriol Pujol sostiene que no hay otra salida que el derecho a decidir que reclama Artur Mas
Un pulso político en toda regla, que acabó en un rotundo fracaso, y que demuestra que “no hay una alternativa al derecho a decidir” que defiende CiU. Esa es la lectura, sin recovecos, que hacen los dirigentes de la federación nacionalista del acto empresarial que organizó Foment del Treball el pasado 14 de febrero.
El secretario general de Convergència Democràtica, Oriol Pujol, asegura que no hay fisuras en el seno de CiU, pese a las reiteradas manifestaciones de Josep Antoni Duran Lleida sobre la pérdida de centralidad política de la federación nacionalista. Para Oriol Pujol, la centralidad del país la representa CiU por su defensa de dos cuestiones: la gestión del día a día, reclamando una mayor flexibilidad del déficit para 2013, y el derecho a decidir.
¿Pruebas de que CiU, o, en todo caso, Convergència, no debe preocuparse en estos momentos de la existencia de una alternativa política? “El fracaso de un intento político, disfrazado de sociedad civil, que se manifestó el 14 de febrero en el acto empresarial de Foment”, según Oriol Pujol.
Sorpresa empresarial
La interpretación de Oriol Pujol ha dejado a los representantes empresariales muy sorprendidos. Todos ellos insisten en que el acto sólo pretendía dar a conocer los problemas de las empresas, con el objeto de situar prioridades concretas en diferentes ámbitos, como el de la financiación, o el de la internacionalización.
¿Pero, hubo algo más? ¿Por qué no participaron ni la Cambra de Comerç, ni Pimec? Los representantes empresariales consultados insisten en que fue un cúmulo de circunstancias. El acto, que debía haberse organizado en octubre, se canceló por la inminencia de las elecciones autonómicas del 25N. La premisa era defender el pacto fiscal. Después se trasladó al 14 de febrero. Pero Foment no pudo lograr un acto unitario. Al presidente de la patronal, Joaquim Gay de Montellà, se le sigue achacando un exceso de personalismo, que truncó la posible participación de la Cambra, que preside Miquel Valls, y de Pimec, liderada por Josep González.
La influencia de Piqué
Pero hubo un tercer elemento muy importante: el Cercle d’Economia debatió la posible participación, y se concluyó que su presidente, Josep Piqué, podía colaborar a título individual. Según fuentes empresariales, Piqué y Gay de Montellà colaboraron estrechamente para realizar el acto. Y el propio Piqué, públicamente, apoyó con vehemencia la necesidad de realizar el evento empresarial, situando las prioridades de la economía catalana.
Gay de Montellà estableció contactos con la presidenta del PP, Alicia Sánchez Camacho, pero también con el President Artur Mas. La cuestión es que determinados dirigentes de CiU percibieron el acto, desde el primer momento, bajo el prisma político. Sectores de Unió Democràtica veían la reunión con buenos ojos, y también la dirección del PSC, pero no los de CDC.
Acto en apoyo de las empresas
Tanto Pimec como la Cambra mantienen que, sencillamente, no acabaron de ver clara la iniciativa de Foment, personalizando la cuestión en Gay de Montellà. El acto se limitó a una jornada empresarial, con diferentes intervenciones sobre la necesidad de fomentar las exportaciones, de facilitar el crédito y buscar una mayor flexibilización en los planes de austeridad. Y el plan inicial, el de pedir el pacto fiscal, ni tan sólo se mencionó.
El hecho es que, según fuentes empresariales, “algún conseller se alegró vivamente” de que la Cambra y Pimec renunciaran a estar presentes en el acto.
Un dirigente, próximo a las cúpulas empresariales, asegura que la reacción de CiU, justo ahora y después de unas semanas de aquel cónclave, denota “una gran soledad y desorientación”.
Oriol Pujol insistió en que “aquella alternativa que se dibujaba” resultó “un fracaso” y ahora no hay otro camino que el derecho a decidir por el que apuesta el President Mas.
El activismo del Cercle Català de Negocis
Es decir, la sola petición del pacto fiscal, que se fue diluyendo tras las elecciones del 25N, los dirigentes de CiU ya la ven como un retroceso. Se trata de una prueba superada, porque el proyecto político ya no está en esa estación. Y el acto empresarial se vio, en todo momento, como el intento de volver a esa parada, máxime si en los preparativos figuraba Josep Piqué, ex ministro del PP, y un hombre al que no se le perdona, desde el ámbito nacionalista-independentista, que presida ahora el Cercle d’Economia.
Para combatir el evento, CiU contó con el activismo del Cercle Català de Negocis, que preside Ramon Carner. Este grupo de presión empresarial, formado por pequeños y medianos empresarios y profesionales liberales, bombardeó las redes sociales equiparando la patronal Foment con el pasado, y asegurando que no era representativa del colectivo empresarial catalán. Son empresarios que sólo se mueven por la defensa del independentismo, y que consiguieron hacerse un hueco en todo el debate.
CatDem ve problemas para Mas
CiU tiene ahora un problema, que la fundación CatDem, vinculada a CDC, ha expresado en su último editorial. La fundación, que preside el historiador Agustí Colomines, asegura que la “exigencia de ERC de celebrar un referéndum en 2014 es una iniciativa que se le ha escapado de las manos a la federación”.
Y apunta que la dura gestión del día a día, por parte de CiU, sin que ERC sea corresponsable, porque está en la oposición, complica mucho las cosas al President Mas. El editorial le pide “perspicacia”, la misma que tuvo, según CatDem, cuando encaró la manifestación de la Diada y “el no de Madrid al pacto fiscal”.