CiU se agarra a Mas hasta nueva orden de Junqueras

La federación nacionalista admite que no tiene margen para reorientar la estrategia a la espera de unas elecciones anticipadas

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Siempre hay circunstancias que restringen la libertad. La libertad nunca es plena, pero se lucha para que sí lo sea. CiU no dirige el proceso soberanista. Lo intentó dirigir el President Artur Mas, y llegó a la conclusión, tras perder 12 diputados en las elecciones de 2012, que debía “acompañar” el proceso.

Pero sin Mas, el movimiento a favor de la consulta del 9 de noviembre lo tiene más complicado. El hecho es que CiU, con el President a la cabeza, depende, desde las elecciones europeas, un poco más de Esquerra Republicana. Con Mas, sí, pero con la determinación de Oriol Junqueras detrás.

Por ello, la ejecutiva de CiU determinó este lunes que seguirá adelante. Que, aunque en algunos dirigentes causa una gran incomodidad esa idea que se plasmaría en una “patada a seguir”, como en el rugby, no queda otra, porque el margen de maniobra es inexistente.

Más votos, pero por detrás de ERC

Artur Mas, Josep Antoni Duran Lleida, que dio este lunes la cara, o el vicesecretario general de CDC, Lluís Corominas, todos se acogieron al desastre del PSC, que ha perdido 350.000 votos en las europeas, para comparar la situación.

La federación nacionalista ha ganado 107.000 votos, respecto a las europeas de 2009, pero baja en porcentaje, debido a la mayor participación, y pasa del 22,4% al 21,8%. Pero el hecho es que ha quedado por debajo de ERC, que ha ganado las elecciones, pese a las advertencias de Mas.

En la campaña electoral, el President había afirmado que no se podría entender que, con un proceso soberanista en marcha, en el resto de España ganara el PP –como así ha sido, y que gobierna el país– y que en Catalunya no ganara la fuerza política en el Govern, CiU. Pero ha ocurrido exactamente así.

CiU, por tanto, seguirá el mismo guión, aunque el Gobierno de Mariano Rajoy sigue esperando que haya reacciones en el seno de la federación nacionalista.Y CiU espera lo contrario, como reclamó este lunes Duran Lleida. 

¿Cómo se celebra una consulta no legal?

El problema es que Mas, desde hace meses, defiende que no se podrá realizar una consulta, fijada para el 9 de noviembre, que no sea legal. El President sigue pensando en que no quedará más remedio que adelantar las elecciones al Parlament de Catalunya, y que las podría convocar a lo largo de 2015.

En eso no ha variado Mas, aunque mantenga todo el esfuerzo por intentar que se celebre la consulta el 9 de noviembre.

Y ahí Esquerra se planta. Oriol Junqueras se expresó este lunes con contundencia. Apoyará a CiU, como hasta ahora, sin entrar en el Govern, y con el objeto de celebrar el referéndum. No se moverá de esa posición, aunque sepa que todo el proceso acabará en unas elecciones anticipadas.

Movimientos, en 2015

Será en ese momento cuando CiU, tras los comicios, o antes –en función de si se diseña una candidatura única, de partidos, o con personalidades independientes– tomará decisiones.

Algunos, en particular los dirigentes de Unió Democràtica, podrían apearse antes de las elecciones. Y, a partir de los resultados, podría ser el final político de Mas, o el momento de su resurgimiento. En el primer caso, obligaría a una reestructuración del instrumento político que ha sido hasta ahora CiU.

Pero antes, nada. CiU sigue detrás de Mas, y el President intenta controlar la situación, bajo la presión, cada vez mayor, de Esquerra Republicana. “No queda otra”, se repite desde CDC.

Los socialistas, en el diván

En el otro frente, las cosas se mueven con mayor velocidad todavía. El PSC deberá recomponer todas sus piezas en un consejo nacional en junio, después de conocer que el secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, renuncia a seguir liderando el partido. Ello provocó la reacción del ex conseller Joaquim Nadal pidiendo para “otros” el mismo gesto, en una alusión directa al primer secretario del PSC, Pere Navarro.

Navarro, precisamente, desea seguir adelante, pero, en caso de que pueda hacerlo, asumirá cambios importantes, con una dirección que podría recordar la que se estableció tras el Congreso de Sitges, en 1994, cuando se puso en marcha un Comité de Acción Política con siete dirigentes, actuando como dirección colegiada.

Uno de los dirigentes del PSC, el alcaldable por Barcelona, Jaume Collboni, reclamó cambios profundos en el partido, en la ejecutiva del partido: menos radical en las posiciones sobre el derecho a decidir, y más permeable a los movimientos sociales.

Collboni busca rehacer el partido en Barcelona, porque para el PSC sólo desde la capital catalana podría resurgir. En las europeas, con el 50% de participación, ha sido Esquerra la que ha ganado en Barcelona.

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